La ilusión de su fichaje por el Athletic hace cinco años se vio mermada para Kike Sola. El delantero sufrió una lesión de siete meses que lo dejó sin sitio en el conjunto rojiblanco.
A partir de ese momento, comenzó el calvario para el navarro, que define su experiencia en calidad de cedido como "nula y negativa". El primer equipo que lo recibió fue el Middlesbrough. Luego llegaron Getafe y Numancia.
Pero ninguna de estas etapas le aportaron nada bueno a Sola, que vuelve a tener todas las papeletas para salir del Athletic esta temporada.
No obstante, el delantero espera poder jugar bien sus cartas y convencer al técnico Kuko Ziganda. "Desde el principio sé cuál es mi rol en la pretemporada. No me quedaba otra que dar lo mejor de mí mismo día a día y en cada entrenamiento para ponérselo difícil al míster", concluyó.