Se trata de Carla Moolenaar, portera de 12 años y con una habilidad innata para parar todo lo que llega bajo sus tres palos. Virtud que demostró ante el CD Tropezón en el Torneo de Ribadeo.
El partido entre el CD Tropezón y el Asturias Femenino acabó sin goles, por lo que el encuentro se fue a los penalitis. Carla detuvo dos de los tres lanzamientos rivales para dar la clasificación a su equipo, algo que levantó las sospechas del entrenador rival, que al parecer terminó acusándola de ser un chico.
"Al terminar el partido me contaron que el entrenador del Tropezón había denunciado al comité del torneo que habíamos ido a Ribadeo con un equipo femenino y que, sin embargo, la portera era en realidad un niño. Un niño que se llamaba Hugo. Mi hija, como todas las demás jugadoras, llevaba su nombre detrás, en la camiseta", afirmó la madre de la portera.
"Se trató de un error, no queremos hacer bola de algo que fue un lapsus", afirmaron desde el CD Tropezón. Tal y como asegura 'Marca', el club pidió disculpas y ya estaría todo arreglado.