Desde el 19 de octubre en Mallorca hasta el 7 de diciembre pasaron 49 días. Días que se hicieron muy largos para un Vinicius que solo de vez en cuando asomaba la cabeza en minutos sueltos.
El delantero brasileño recibió la recompensa de la titularidad ante el Espanyol, junto a su compatriota Rodrygo en la delantera. El 'Rodrycius day' no terminó siendo lo que se esperaba, aunque sí se sumaron los tres puntos.
Y es que ninguno de los dos llegó a ser determinante en el marcador, pero sí es cierto que Vinicius cuajó un partido muy completo ayudado por el impulso que le daban las ganas de llamar la atención de Zidane.
Activo por la banda, con un regate veloz y un cambio de ritmo endiablado, el joven brasileño volvió a mostrar su mejor cara. En más de una ocasión volvió loca a la defensa del Mallorca, a la que le costó detenerle.
Aunque con tanto destello, como suele pasar, salió alguna sombra. Esa energía por impresionar estuvo a punto de costarle muy caro y terminar expulsado cuando se pasó de frenada, resbaló y se llevó por delante a un rival.
También hubo un par de acciones en las que se llenó de balón y no tomó la decisión más acertada. Y por último, como viene siendo habitual, el gol le fue elusivo. Pese a todo, Vinicius volvió a llamar a la puerta de Zidane e igual podría tener más tiempo ante el Brujas.