12 años desde que Iniesta bordó la primera estrella de España

Un 11 de julio de 2010, toda España gritó al unísono el gol de un futbolista de Fuentealbilla para confirmar que éramos campeones del mundo. Este lunes, se cumplen 12 años del histórico Mundial de 'la Roja' en Sudáfrica que provocó bordar la primera y, hasta ahora, la única estrella en el pecho de la Selección.
Aquel grupo llegó al país africano en mitad de una guerra entre el Real Madrid y el Barcelona, pero todos dejaron sus rencillas atrás y remaron hacia una misma dirección. La ilusión era total, pero, como suele ser habitual, no metieron a España entre las grandes favoritas a pesar de la gran generación de jugadores.
Los Xavi, Iniesta, Casillas, Puyol, Ramos o Villa fueron los estandartes de un equipo que se la pegó en su debut y que ya se auguró con lo peor y con la maldición de los cuartos. España perdió ante Suiza y necesitaba ganar contra Honduras y Chile para pasar a los octavos de final, y así fue.
Los de Vicente del Bosque llegaron convencidos ante los hondureños y un pletórico Villa abrió la lata con un golazo en el minuto 17 tras sriblar a dos rivales. Luego, el 'Guaje' repitió en el 51' para sentenciar y dejarlo todo en el aire para el decisivo tercer encuentro de la fase de grupos.
El delantero del Valencia volvió a anotar primero e Iniesta puso tierra de por medio después. Sin embargo, la diana de Millar nada más salir del descanso hizo que aumentara la preocupación. No obstante, en un ataque de inteligencia, los chilenos hicieron un pacto con España y dejaron de atacar porque el resultado les valía para pasar.
Ya en octavos y como primera de grupo, España se midió a la Portugal de Cristiano Ronaldo. Aquel fue un partido correoso ante un equipo que se encerró y dejó pocos huecos. La entrada de Llorente fue vital para desestabilizar a la defensa y una gran combinación entre Xavi, Iniesta y Villa hizo el único gol para sacar el billete a cuartos.
Allí, esperó Paraguay en uno de los choques más emocionantes de aquella edición. Piqué cometió un penalti en el 58' y Pepe Reina aconsejó a Casillas sabedor de las preferencias en el lanzamiento de Cardozo. El de Móstoles atajó la pena máxima, lanzó la contra y España recibió falta dentro del área a su favor.
Xabi Alonso marcó, pero el colegiado mandó a repetirlo por la invasión de españoles en el área. En el segundo lanzamiento, el mediocentro falló y el árbitro se comió un penalti clarísimo a Fàbregas. En el 83', Villa volvió a ser el héroe con un gol agónico que tocó dos veces en el palo antes de rebasar la línea de gol.
Una clasificación histórica, ya que era la primera vez que España se colocaba entre las cuatro primeras del mundo. En las semifinales llegó uno de los rivales más difíciles del torneo, pero también llegó el que fue el mejor partido de 'la Roja' en el campeonato con un despliegue físico y táctico increíble.
Los españoles bailaron a Alemania con su juego de toque y la sacaron del partido con un Pedro que llamó la atención del entrenador. El gol no llegaba y el ritmo aumentaba, pero Puyol fue más 'tiburón' que nunca para dar un bocado mortal a su víctima con uno de los testarazos más recordados del país.
La llamada 'selección de los bajitos' logró el pase a la final con el balón parado y en un córner. Xavi la puso con música al punto de penalti en el minuto 73 y su compañero en el Barça se elevó más que nadie para entrar con todo y anotar un golazo que bien valió jugar una final de un Mundial.
Johannesburgo se engalanó con las vuvuzelas y con aficionados españoles y neerlandeses para ver el partido más esperado del año. España siguió fiel a su estilo de control y posesión y anuló a un Países Bajos que se mantuvo gracias a Stekelenburg y la velocidad y regate de Robben en la banda.
La historia bien pudo haber sido diferente si Casillas no hubiera vuelto a ser el 'santo'. Pasada la hora de juego, el extremo se fue en velocidad solo ante el portero madridista, chutó a su izquierda y el pie derecho salvador dio una vida extra a España. A partir de ahí, los jugadores se creyeron campeones.
El gol tardó en llegar, pero cuando se produjo fue de la forma más emocionante posible. En el 116' de la prórroga, un recién entrado Navas se fue por velocidad y tocó en corto para Xavi e Iniesta. Torres se desmarcó por la izquierda y la puso hacia Andrés, pero Van der Vaart rechazó y se la dejó de cara a Fàbregas.
Tras un control, el volante se la cedió al '6', que controló y chutó cruzado para provocar la alegría de 47 millones de personas. Su emotivo detalle con su amigo Dani Jarque no pasó desapercibido y ahí fue el momento en el que España tocó el cielo. Con el pitido final, se confirmó que el sueño ya era una realidad.