El ex mandatario, nacido en una familia humilde de Orense, llegó a Torremolinos con el 'boom' turístico y se enamoró de la provincia andaluza. El poderío económico que adquirió en Andalucía le hizo a presentarse a candidato a la presidencia del club 'boquerón', por aquel entonces en Segunda División.
En su llegada, saneó las cuentas y, con el mítico Viberti en su plantilla, consiguió el ascenso a Primera División, que fue muy celebrado en toda la ciudad. Una vez en la máxima categoría del fútbol español realizó grandes sacrificios para incorporar a jugadores importantes como Deusto, Macías o Roldán.
Pero todo se truncó cuando dos delincuentes, que le esperaron a la puerta de su casa, le asaltaron armados con estiletes. Fue el propio Antonio Rodríguez quien les increpó el haberles visto varios días por los alrededores de su vivienda y la trifulca terminó con varias puñaladas en su corazón que le dejaron sin vida a los pocos minutos del ataque.
En la trifulca también hubo una víctima mortal, Manuel Cerezo Cerezo, uno de los dos asaltantes, que fue disparado por el ex mandatario, que siempre llevaba una pistola encima. El fallecimiento de Antonio causó un enorme estado de consternación en Málaga. Cientos de aficionados del equipo se echaron a la calle en su cortejo para darle el último adiós al 'primer jeque' blanquiazul.
El ataud fue trasladado por los jugadores más emblemáticos del equipo: Iglesias, Viberti, Migueli, Pons... y la investigación del caso (se sospechaba que el asesinato pudiera haber sido un ajuste de cuentas) nunca se clarificó.