45 minutos prodigiosos valen por una Copa

Solo uno podía ganar, y ese fue Edin Terzic. El Borussia Dortmund ha ganado la DFB Pokal gracias a su primoroso primer tiempo, liderado por un Marco Reus sensacional. El RB Leipzig intentó reponerse en la segunda parte, pero no fue suficiente.
Se esperaba que fuera un partido con goles, y ha cumplido con las expectativas. El RB Leipzig y el Borussia Dortmund han jugado un partidazo, pero las finales solo puede ganarlas uno, y ese ha sido el conjunto aurinegro.
Se adelantó muy temprano el Borussia, gracias al madrugador gol de Jadon Sancho a los cinco minutos de partido. Robó el Borussia en la medular, Reus se la dió a Dahoud, este a Sancho y el inglés, desde la frontal, se posicionó y alojó el balón donde Gulacsi no podía llegar.
El tanto cayó como un jarro de agua fría en el RB Leipzig. Los de la bebida energética trataron de reponerse del revés, pero les costó. Hubo que esperar al ecuador del primer tiempo para ver acercarse con algo de intención al RB Leipzig al área de Burki.
El problema para los 'toros rojos' es que el Borussia, en cambio, necesitaba muy, muy poco para crear peligro. Así, en el 28', Erling Haaland firmó el segundo a raíz de otro robo en el centro del campo. Su duelo con Upamecano, impresionante. Cómo se quitó de encima al central francés es algo que debería estudiar todo aspirante a ariete. Y, en seco, zurdazo al palo largo y segundo gol.
De nuevo el RB Leipzig trató de reaccionar, pero le faltaba claridad de ideas en el último tercio, todo lo contrario que a un Borussia al que parecía entrarle todo. En el 45', cuando el descanso ya se intuía, metieron los de Terzic el tercero.
Upamecano, una sombra poco molesta para Haaland, derribó al noruego en el centro del campo, pero no evitó que el Borussia saliese a la contra. Reus recibió, salió a la carrera, se plantó ante Gulacsi y se la dio a Sancho.
El inglés levantó la cabeza, quebró al defensor que corría a la desesperada y remató antes de que el guardameta húngaro pudiera tapar su disparo. El tanto fue anulado en primera instancia por el asistente, pero posteriormente fue validado por el VAR, porque no hubo fuera de juego alguno.
El Borussia se fue al descanso con una ventaja notable, de tres goles. Aparentemente insalvable, pero en las finales puede pasar de todo, y si tu rival aprieta y tú no estás concentrado, el desastre está servido.
Algo así le ocurrió al Borussia, que pasó de tener el partido bajo control a estar sometido a la voluntad de un RB Leipzig con el gol entre ceja y ceja. Y así, nada más comenzar el segundo tiempo, Nkunku remató un balón al travesaño.
Primer aviso de muchos, porque los de Nagelsmann no se puede decir que no buscasen con insistencia un gol que les metiera en el partido. Pero este se resistía a llegar y, lo que es peor para los 'toros rojos', el Borussia amenazaba con matar el partido a la contra.
Al final fue tanto el cántaro a la fuente que Dani Olmo lo rompió. Había jugado con fuego el Borussia y se quemó, aunque fue leve. Hazard, quien había entrado al partido al descanso, despejó donde no debía un balón y Dani Olmo lo mandó al fondo de las redes de un Burki que ya había empezado a hacer de las suyas.
Y buscaron con insistencia el segundo, porque veían que el Borussia se estaba empezando a descoser. Pero aunque parecía que llegaría, no ocurrió. El Borussia aguantó el asedio y logró su objetivo, matar el partido a la contra.
No lo logró Thorgan Hazard, quien desperdició un regalo de Reus, ni tampoco Jadon Sancho, quien de nuevo en boca de gol se durmió en los laureles tras encarar y quebrar a Gulacsi, quien se logró recomponer a tiempo para evitar su disparo (o que le regalase el gol a Reus).
Sí lo hizo Haaland, en una acción que comenzó él mismo, con un despeje de cabeza en un córner en contra. Salió el Borussia con todo a sentenciar el partido, el noruego se 'teletransportó' a la frontal y desde allí, se semifallo, disparó cayéndose y marcó el cuarto.
Sonríe Terzic. Llora Lukas Piszczek, quien jugó en el Olympiastadion de Berlín su último gran partido con el Borussia. Gritan de alegría los aurinegros. Y dice prácticamente adiós Nagelsmann al RB Leipzig sin ser capaz de estrenar las vitrinas del club. Otro será quien haga al equipo de la multinacional campeón. Hoy lo es el Borussia Dortmund.