Sus tácticas pueden salir mejor o peor, pero Xavi planea los 'Clásicos'. En el de la jornada 26 de la Liga, afrontaba la visita del Real Madrid al Camp Nou con la ausencia de Pedri como el principal inconveniente en lo que a confección de su once se refiere. Con una distancia de nueve puntos en el liderato de la clasificación, el objetivo pasaba por sumar un triunfo que dejara el título al alcance de la mano. Y así sucedió.
La propuesta del banquillo azulgrana estuvo condicionada por un tempranero gol en propia puerta. En el minuto 9, Vinicius dispuso un centro que rebotó en la cabeza de Araujo y acabó alojándose en el fondo de las mallas de Ter Stegen, confundido por que la pelota cambiara de trayectoria tan cerca de su posición. De ahí en adelante, los 'culés' tuvieron que meterle una velocidad extra al desarrollo del encuentro que tenían en mente.
Hay varios aspectos interesantes que cuidó el estratega local. El primero reside en el apartado defensivo. Situó a Ronald Araujo como lateral derecho, una tarea que había estado destinando a Jules Koundé esta temporada, para contener a Vinicius, que dio muchos quebraderos de cabeza al zaguero charrúa. Si bien, en los primeros compases, neutralizó varias de sus arrancadas, la insistencia del brasileño se hizo efectiva con el avance del cronómetro.
El '20' no llegó a plantarse con claridad ante Ter Stegen, pero fue capaz de filtrar varios balones rasos o por alto desde su carril, un premio suculento para el Real Madrid ante la ardua labor del '4' 'culé' para tratar de forzarle a que se escorara siempre a su lado izquierdo, el más débil. Por la calidad de ambos, hubo duelos que se decantaron en favor de uno y del otro. Sí que sufrió especialmente el uruguayo cuando Ancelotti introdujo a Rodrygo para ayudar a su compatriota y ocupar mejor los huecos a su espalda.
Para la conexión de la línea de atrás con el centro del campo, Xavi apostó por la continuidad de un Frenkie de Jong que, al fin, está viviendo una campaña de mucha bonanza en la Ciudad Condal. Su entrenador le acompañó de Sergio Busquets para que estuviera más aliviado y pudiera hacer lo que mejor se le da desde sus días en el Ajax: conducir la pelota desde atrás. Esto, sumado a la calma de 'Busi', apuntaba a sortear la presión alta 'merengue'.
Aunque sirvió en ciertos tramos del partido, también hubo pérdidas de balón cercanas al área de Ter Stegen que desquiciaron al técnico azulgrana. Afortunadamente para sus planes, el tino de Koundé y Christensen, guardianes del portero alemán, sirvió para achicar siempre que fue necesario, incluidos los momentos en los que Karim Benzema, que no dispuso de muchos espacios, controló en la caja catalana.
Más arriba, para derribar la defensa del Madrid, Raphinha se erigió en el principal puñal de los suyos. De muchas de sus arrancadas por la banda nacieron oportunidades de peligro para su equipo y, de hecho, fue uno de sus disparos el que generó el rechace que cazó Sergi Roberto para anotar el gol del empate. Con la ayuda de Gavi, libre de sus quehaceres en la sala de máquinas para acercarse a la banda, tuvo casi siempre espacio por delante para correr.
Habría venido de perlas al brasileño -y al Barça, en general- encontrar a un Lewandowski más presente. Era lógico que Ancelotti ordenara tener mucho cuidado con él y quizás este sea el motivo por el que no se dejó ver demasiado, igual que Benzema. No obstante, el polaco probó suerte con un remate de tijeras que, de haberse traducido en el tanto de la victoria, habría coronado al '9' ante sus aficionados, y participó en la diana del triunfo de todos modos.
En el tiempo añadido, el ex del Bayern evitó cualquier crítica que estuviera preparada para lanzarse en base a que no estaba siendo diferencial con un pase de tacón de exquisita calidad para Balde, que le dobló y asistió para el 2-1 de Franck Kessié. Este es otro aspecto en el que Xavi ganó a Ancelotti: gestionó los cambios de Ansu Fati para agitar el ataque y Kessié para dotar a la medular de piernas frescas consciente de que, además, tiene buena llegada en segunda línea.
Con esta victoria, ya son tres seguidas las del entrenador del Barcelona ante el Real Madrid. Desde que tomó las riendas del equipo azulgrana, tan solo ha perdido en dos ocasiones contra los 'merengues', en las semifinales de la Supercopa de su primer cara a cara con los de Concha Espina y en la visita al Bernabéu de la primera vuelta de esta misma campaña. Por lo demás, triunfos en la pretemporada de este año, el 0-4 de la Liga en el curso anterior, la final de la Supercopa, las 'semis' de Copa y este 2-1 que deja casi sentenciado el título doméstico.