El Olympique de Lyon superó al Niza con bastantes problemas. Tuvieron que recurrir a un gol sobre la bocina para que no se le subieran a las barbas. El duelo, vibrante y con mucha igualdad, pudo acabar con un resultado mejor para los de Rudi García, pero se resolvió con 1-2.
Salieron mejor plantados los visitantes y lo demostraron plantando una superioridad de toque y de control de la pelota claras. Sus rivales se echaron atrás en cuanto les vieron enseñar los dientes y cometieron el peor error posible: acabaron encajando la primera diana.
Esta llegó gracias a un centro de Cornet. Dembélé lo remató con un disparo usando el exterior de la bota, un toque sutil y de mucha calidad que sorprendió al guardameta rival. Las cosas se les ponían cuesta abajo tras adelantarse en el marcador, pero todo era una ilusión.
Seguían siendo los que llevaban la batuta, pero el Niza estaba dispuesto a que la orquesta desafinara. Aguardaba atrás con una defensa férrea para salir de vez en cuando a la contra con velocidad, buscando la sorpresa. Y la encontraron en un golazo de Ounas.
Este controló la pelota en la frontal del área contraria, levantó la cabeza y clavó un golazo ante el que no pudo hacer nada Tatarusanu. Las gradas estallaron: tenían ante sí la posibilidad de eliminar a uno de los conjuntos punteros de la categoría y llevarse un alegrón.
Pero los 'gones' metieron una marcha más: no querían que se les fuera la cosa de las manos. Cuatro minutos tardaron en provocar un penalti que acabó materializando Aouar. Dante cometió un derribo dentro del área y condenó a los suyos: pasó el Lyon, se quedó el Niza en el intento.