La Selección de Dinamarca avanza con paso muy firme en la Eurocopa. Después del trágico susto que dio Eriksen, el equipo danés ha logrado rehacerse y se ha convertido en una de las candidatas al título. En semifinales ya esperan a su rival con el sueño de estar en la cita por el título.
En el Olímpico de Bakú se vio una auténtica batalla entre dos selecciones que se ganaron a pulso estar en los cuartos y que dejaron unas fuerzas muy iguales en el césped, pero fueron los daneses los que lograron pegar primero, y eso les dio un punto de ventaja. Cuando la República Checa quiso despertar, ya fue demasiado tarde.
El equipo de Kasper Hjulmand supo sufrir y ponerla el control necesario, sin retrasar posiciones, para aguantar el definitivo 1-2 en un choque acabó con hasta dos jugadores vendados de la República Checa.
No había pasado ni cinco minutos cuando, en la primera llegada, Dinamarca se puso por delante por la pasiva defensa checa. Eso sí, el tanto llegó de un córner que no fue porque el balón no tocó en Celutska después de Dolberg, pero el danés lo pidió muy seguro.
A Delaney lo dejaron completamente solo. Libre de marcas, tuvo que saltar y poner el balón lejos del alcance de Vaclík. La República Checa no bajó los brazos y lo confiaron todo a jugadores como Schick.
En el intercambio de golpes, Damsgaard tuvo el segundo y Delaney se la encontró en dos ocasiones que pudieron poner un 0-3 antes de la primera media hora. Con una larga lista de córners, al borde del descanso llenó el jarro de agua fría Dinamarca con el segundo.
Fue una jugada llena de calidad la que cosieron entre Maehle que, con un pase con el exterior, se la puso a Dolberg en el segundo palo y este reventó la red a quemarropa.
El inicio de la segunda mitad de los checos fue completamente distinto. Se comieron a su rival hasta que llegó el tanto del 1-2 que los metió dentro del partido. Tuvo que meter los guantes Schmeichel para evitar el zapatazo de Krmencik, pero fue el goleador Schick el que mandó el balón a dormir al cazar un centro de Coufal de primeras.
El partido se abrió y llegaron los cambios. La República Checa creyó en el empate y en la remontada y obligó a Dinamarca a jugar con el tiempo y a contestar como antes. Celutska se fue lesionado.
Kjaer dio el susto con el que pudo ser un gol en propia, puesto que le pilló por sorpresa un fuerte disparo y el balón salió repelido tan fuerte que hasta le dobló el pie. Después, Poulsen hizo volar a Vaclík al probar suerte desde lejos.
A los checos se les notó la ausencia de Schick, que se marchó exhausto y con la mano en la parte posterior del muslo de la pierna derecha. Además, Soucek se llevó un fuerte golpe en la cabeza con los tacos y le tuvieron que colocar un vendaje.
Demasiados obstáculos tuvo que evitar la República Checa, que cayó en la Eurocopa con honor y oficio ante una Dinamarca que mantiene intacto su sueño.