No fue un partido bonito, no hubo grandes ocasiones, el juego estuvo muy trabado, pero qué más da eso cuando tu equipo vence por 2-0.
Con esa sensación de felicidad se marcharon de Maracaná los aficionados de un Flamengo que ya acaricia las semifinales de la Libertadores.
Y es que el 'Mengao' dio un golpe casi mortal a Internacional en un duelo de ida de los cuartos de final en el que hubo de todo menos fútbol.
Las ocasiones y las buenas jugadas brillaron por su ausencia en unos 90 minutos dominados totalmente por el juego subterráneo propuesto por el cuadro de Porto Alegre.
El plan de Internacional era que se jugara lo menos posible y le salió bien durante 75 minutos.
Las faltas, broncas y encontronazos entre los futbolistas fueron la constante de una primera mitad que solamente se vio sobresaltada por una clara ocasión de Gabigol sobre la bocina, pero el '9' no andó acertado.
Los primeros 45 minutos dejaron una escasez de fútbol que continuó en la reanudación, con el cuadro de Porto Alegre cada vez más cómodo a la vez que su plan se iba cumpliendo a la perfección.
Sin embargo, esta comodidad hizo, por algunos instantes, que Internacional se sintiera superior al 'Fla', envalentonándose en algunas ocasiones en busca del gol.
Un error fatal, ya que en una de las pocas ocasiones que el Inter salió de la cueva, Bruno Henrique le ajustició aprovechando los huecos dejados atrás, poniendo el 1-0 en el 75'.
El gol fue solo el anticipo de un doble mazazo que el propio Bruno Henrique, héroe de la noche, se encargaría de culminar en el 79' con el 2-0 tras una gran acción personal.
Un premio enorme para Flamengo y un castigo equitativo a lo propuesto por Internacional, que se aferra a un milagro en la vuelta para acceder a unas semifinales que, de momento, parecen tener grabado el nombre del 'Mengao'.