El argentino acepta que pueda haber dudas y entiende que el ambiente esté caldeado. "Soy muy respetuoso con las opiniones de la gente. Ya me pitaron cuando era jugador porque no estaba bien. Es normal, la gente quiere ver a su equipo ganar", dijo tras el partido.
Simeone entiende que es responsable del equipo. "La hinchada nos responsabiliza y nos pone en una situación de buscar soluciones. Queremos que la gente venga al estadio a disfrutar y, sobre todo, a vernos ganar", continuó.
Pero prefirió no dejar ningún mensaje en concreto para la parroquia rojiblanca. "No les puedo decir nada, hay que demostrar con hechos y no con palabras... Las palabras se las lleva el viento", se limitó a decir.
Quiso dejar claro que, ante el Leganés, la hinchada estuvo de 10. "La gente estuvo extraordinaria. En las gradas siempre están bien. En otros momentos, este tipo de partidos se perdían. Ahora, el ambiente positivo nos permitió hacer un buen segundo tiempo y estuvimos más cerca de ganar", opinó.
El Cholo admitió que ha cierta ansiedad por la mala imagen dada en los últimos partidos. "Es normal que, tras dos derrotas seguidos, el equipo salga con necesidad y aceleración. Eso te hace elegir mal... pero eso ocurre en todos los equipos", analizó.
Simeone cree que el partido ante el Leganés habría sido distinto si hubieran hecho mejor primera parte. "En el primer tiempo no pudimos hacer el partido que queríamos. En el segundo, se acercó más. Nos quedamos con eso", apuntó.
Por último, habló sobre la polémica de Cuéllar, que se negó a abandonar el césped tras la roja y le obligó incluso a entrar al césped. "Yo no vi lo que hizo. Cuando me di la vuelta Germán me comentó que lo habían expulsado. Nosotros estamos para intentar resolver el partido, no para poner las pautas. Intentamos mejorar a nuestro equipo y no valorar lo que hacen otros", concluyó.