Cuando Brasil y Uruguay se tienen uno enfrente del otro, que haya algo en juego es lo menos importante. Es fútbol con mayúsculas, con sabor añejo, con talento y garra. Mucha garra. En Londres, en un encuentro considerado como amistoso, ambos conjuntos demostraron que su batalla será para toda la vida. Una pelea que, en este caso, definió Neymar.
Lo hizo porque básicamente fue el mejor. También el que más lo intentó, nunca se escondió. Tampoco cuando Danilo cayó en el área pateado por Laxalt, aunque bien es cierto que el lateral se llevó previamente el balón con su mano izquierda. Tomó el esférico Neymar, miró a Campaña y lo engañó. Un gol para seguir demostrando quién tira del carro.
Antes, Brasil comenzó mucho mejor el partido que Uruguay, en el que se estrenaron varios jugadores ante las múltiples ausencias, sobre todo en defensa. Avisó Neymar con una falta, antes de que en el 11' le anularan un gol por claro fuera de juego. 'Ney' lo volvió a intentar, aunque Alisson tuvo que resolver en el 22' para evitar el tanto de Suárez.
Un Suárez que encontró a Cavani al borde del descanso para que el del PSG, en un remate tan forzado como acrobático, obligara de nuevo a Alisson a ganarse el puesto. Así se marchó la primera mitad, con más tarjetas (cinco) que ocasiones. De amistoso, ni hablar.
La segunda mitad perdió ritmo de juego, pero no intensidad. Suárez asomó la patita y 'Ney' siguió a lo suyo, poniendo en aprietos a Campaña. El juego subterráneo se multiplicó y entre idas y venidas llegó el controvertido penalti a Danilo. Tras él, Brasil pudo sentenciar por medio de Richarlison mientras que Uruguay, sin una última marcha, apenas inquietó el arco de la 'Canarinha'.