Cuando el Real Madrid estaba en plena pelea por marcarle al Betis un gol que decidiera su duelo de la jornada 32 en Primera División, un remate de cabeza de Militao dio en el brazo de Miranda en el área de Claudio Bravo -poco antes, volvió Hazard al campo, dicho sea de paso-. Hubo cierto revuelo en las redes sociales por las protestas de los fans 'merengues' que lo consideraron penalti.
El colegiado y el VAR no pensaron igual. El primero no señaló nada en un principio y el segundo, con las repeticiones de la jugada disponibles, no avisó a su compañero de que hubiera acaecido alguna infracción en la caja verdiblanca, así que no le avisó de ello.
Con el reglamento en la mano, acertó. Este recoge que no se considera infracción aquella mano que nazca de un balón que salga directamente de un impacto en el cuerpo de un rival o un compañero y ante el que no haya tiempo de reacción para retirar la extremidad.
Esto no atemperó el debate en las redes sociales sobre si Estrada Fernández debió señalar penalti. Varios hinchas entendieron que, por interponerse el brazo del defensa entre el esférico y una trayectoria que lo iba a llevar a la portería de Bravo, tuvo que ser pena máxima.