Lo tiene claro Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, y no hará excepciones con nadie. Los futbolistas que estén en su último año de contrato tienen dos opciones: renovar o buscar otro club.
En esas circunstancias se encuentra Philippe Coutinho. Su vínculo con el club azulgrana termina en menos de un año y ese es el tiempo que le queda para tratar de convencer al club de que merece seguir.
Cuando el Barça lo fichó en su día procedente del Liverpool, explica 'AS', lo hizo con unas expectativas altísimas. Esperaban a un Coutinho voraz, goleador. De ahí que pagaran 120 millones por él más otros 40 en función de ciertas variables.
Pero el tiempo pasó y Coutinho no terminó de adaptarse. Eso llevó al Barcelona a mandarlo cedido al Bayern. En verano de 2020 terminó el préstamo y regresó. Le dio otra oportunidad el club, pero la 2020-21 terminó con un Coutinho sin demasiado peso en el equipo. Disputó 14 partidos en los que anotó tres goles y dio dos asistencias, cifras muy discretas para lo que invirtió en su día en él la entidad 'culé'.
Hasta el último día del pasado verano se especuló con la posible salida de Coutinho, pero finalmente se quedó. Debutó en esta 2021-22 el pasado miércoles ante el Bayern. Entró entonces para sustituir a Luuk de Jong, que estuvo muy discreto, ya en el 66'.
Ronald Koeman le dará más oportunidades a Coutinho. Las bajas que tiene en el ataque le harán al neerlandés tirar del brasileño. En las manos del mediapunta está agarrar esta gran ocasión de ganarse un puesto en el Barça con las dos manos o perder el tren y salir del Camp Nou en junio de 2022.