El Lugo se quedó a pocos minutos de sumar tres puntos que le habrían alejado de la zona peligrosa. Aunque, viendo el desarrollo del partido, quizá la igualada se acerce más a la tan demandada justicia poética.
El Mirandés fue el dueño del partido en gran parte del primer tiempo. Eso sí, su dominio no vino acompañado de demasiadas ocasiones. Las pocas que se daban morían entre la zaga y la medular de los gallegos.
Pero esa dinámica fue revertiéndose con el paso de los minutos. De hecho, los visitantes terminaron el primer periodo llegando más a campo rival e incluso poniendo a prueba en alguna ocasión a Limones.
El marcador no sufrió modificación alguna en los primeros 45 minutos. Tras el descanso, volvió el cuadro local a llevar la iniciativa, si bien este liderazgo le duró menos que el del primer periodo.
Sin hacer demasiado ruido, el Lugo fue contrarrestando a su rival. Eso sí, tampoco dio demasiado trabajo a un Limones que, en el minuto 71, pasó de poca tarea a verse enfrente de un penalti en contra. El colegiado señaló falta, pero el VAR le corrigió y le instó a pitar la pena máximo.
Manu Barreiro no falló y, a falta de 20 minutos para el final, parecía acercar la victoria a tierras gallegas. Pero la igualdad de la categoría, la fe local y el paso atrás lucense cambió el final de la historia.
Anduva le pidió a los suyos que no bajaran los brazos. Dicho y hecho. El Mirandés comenzó a arrinconar al Lugo en su campo, primero, y en su área, después. Y fruto de ese dominio llegó el esperado gol.
Fue Matheus Aias, que había entrado en la segunda parte, el que se puso el cartel de héroe en el minuto 93. El delantero cazó un balón en el área y, con la zurda, batió a Cantero para salvar un punto de oxígeno para los aragoneses.
El Mirandés, con ocho puntos, se queda en el límite entre el descenso y la salvación. Con uno más está el Lugo, que dormirá en la decimosexta posición.