José Mourinho ha conseguido formar un equipo reconocible. Un grupo que sabe sufrir y que conoce sus armas a la perfección. Y las aprovecha siempre que puede. El Wycombe, su última víctima, peleó hasta el final, pero murió en la orilla.
Tras el primer tanto de Fred Onyedinma, el Tottenham se vio obligado a despertar... y la alarma la silenció Gareth Bale. Tras un centro lateral, el galés remató en el área para, con un disparo cruzado, batir a Allsop en el 1-1.
A partir de ahí, en una segunda parte peleada y típica de un torneo del 'k.o.', el cuadro 'spur' no encontró la fórmula hasta los minutos finales. Ahí donde los grandes equipos se crecen. Le bastó con poner la sexta marcha durante siete minutos.
En el 86', Winks recibió un gran balón en el área. Controló y, con una mirada, vio la salida del portero y definió con un disparo raso para el 1-2. Un respiro para el Tottenham y un manojo de nervios para el Wycombe, que se vio obligado a dar un paso al frente. Y ahí el equipo de Mou te mata.
Son, dos minutos después, encontró en la 'caja' a Ndombélé, que entró en segunda línea para, con un toque, firmar el 1-3. No fue el único gran momento del francés en el duelo, que en el 93' protagonizó la sentencia con el 1-4 definitivo.
Un acelerón final fue suficiente para un Tottenham que es un animal a la hora de competir. No fue el mejor encuentro de los de Mou, pero salvaron la papeleta. El club londinense ya está en octavos de final de la FA Cup.