Lo del Zaragoza en La Romareda ante el Alcorcón fue un partido para olvidar, pero los aficionados lo recordarán bastante tiempo. Álvarez, guardameta del equipo, fue quien cometió uno de los errores más graves -y eso que hubo unos cuantos-. Por ello, acabó expulsado.
Estaba ya ganando el cuadro 'alfarero' por 0-2 cuando El Yamiq le pasó la pelota con la cabeza para que la pudiera coger con las manos. Él estaba seguro de que estaba dentro del área, o eso parecía, pues no se lo pensó dos veces y atrapó el esférico.
En cuanto aterrizó y miró a su alrededor, se dio cuenta de que algo iba mal: había cogido la pelota fuera. Miró hacia atrás, como si no se lo creyera, y se rio por no llorar. El colegiado, que no tenía otra opción, se acercó y le mostró la roja directa.
Fue una acción casi calcada a la de Pacheco con el Alavés en su duelo ante el Espanyol. Las diferencias fueron mínimas: al guardameta le llegó la pelota con la ventaja de poder recogerla dentro de su área, pero lo hizo fuera de la misma y se fue antes de tiempo a la ducha.