A la décima fue vencido
Con la derrota del Madrid en la Supercopa de Europa, Raphäel Varane puso a fin a su espectacular racha victoriosa en finales internacionales con él sobre el césped. A la décima, en Tallin, el central mordió el polvo.
En el importante debe que el Madrid se trajo de Tallin está su fragilidad defensiva. Solo Diego Costa se bastó para destrozar a la zaga blanca, que hizo aguas en determinados momentos refrendando inconexiones y, en algunos casos, falta de entrenamientos en las piernas. Los mundialistas, a la cabeza de este grupo.
Aquí se alinea Raphäel Varane, flamante campeón del mundo y uno de los puntales en los esquemas de Deschamps. Su actuación en Rusia fue fantástica, muy lejos de lo que mostró sobre el verde de Tallin. Estuvo nervioso, blando al choque y especialmente lento en los cruces. No fue el Varane de las grandes citas.
Como muestra más clara, su inacción en el tercer gol atlético. Cierto es que Ramos cede un balón más que comprometido a su compañero, pero eso no aparta del foco el error morrocotudo de Varane. Se trastabilla, no acierta a despejar y regala el balón a un Thomas que cedió el esférico para que Saúl bombardeara a Keylor.
Fue el gol que desmontó al Madrid y agrandó a la tropa de Simeone hasta darle un nuevo título. El primer trofeo internacional que se le escapa de las manos a Varane -siempre y cuando haya tenido minutos-. Hasta Tallin, el zaguero contaba sus nueve finales por triunfos. Fue el Atleti, ante el que otras veces disfrutó, el que le cortó las alas.
Tres Champions (2014, 2017 y 2018), otros tres Mundiales de Clubes (2014, 2016 y 2017), dos Supercopas de Europa (2016 y 2017) y un Mundial era su intachable palmarés hasta la fecha viviendo las finales desde el césped. La nueva cuenta empieza ahora para el cuarto capitán 'merengue'.