Pero el trofeo no lo abrochó el Madrid, habitual campeón. Le puso firma el Atlético de Madrid, quien presenta sus credenciales de cara a una campaña 18-19 que no podía empezar con mejor pie. 2-4 contra el eterno rival, remontada incluida. Lisboa y Milán seguirán siendo una pesadilla. No menoscaba lo visto en Tallin, en donde el Atleti venció y bien a un Madrid que se fue empequeñeciendo con el paso de los minutos.
Ganó el Atleti, también perdió el Madrid, quien completó 75 grandes minutos de fútbol pese a empezar perdiendo. Jugó y gobernó con autoridad. Con 2-1 en el marcador los blancos se vieron vencedores y un exceso en la banda donde Marcelo prefirió no enviar al campo contrario acabó en el empate. Con 2-2, diez minutos por delante y las piernas cansadas, sin el poderío de Cristiano Ronaldo, el Madrid no supo qué hacer y llegó la prórroga. El Atleti olió sangre y aniquiló a su adversario.
El tiempo extra se le hizo un mundo al Madrid, que notó la falta de recursos. Y eso que Bale y Benzema manufacturaron un encuentro notable y entre los dos se bastaron para embotellar al Atlético, que únicamente mostró su versión torrencial en la última media hora. El último cambio del Madrid fue Mayoral, el del Atlético fue Giménez. Los banquillos decidieron.
Decidió en el bando rojiblanco, pues cuando más aire necesitaba Diego Costa apareció Correa, el perfecto acompañante cuando faltan el aire y la gasolina. Hasta Vitolo trajo chucherías a la fiesta. En el Madrid, pobre respuesta de Ceballos, Lucas o Mayoral. Modric, que entró en el 57 y es líder del Madrid, notó que sus vacaciones apenas acabaron hace días.
Infernal Costa
Un balón al cielo de Tallin, cuando el reloj no había marcado el primer minuto, acabó en gol de Costa, quien se dejó atrás a Ramos y Varane. El hispanobrasileño mordió pero el Madrid respondió. Con la movilidad de sus delanteros y buena circulación en el centro del campo, los blancos frenaron el frenesí de los hombres de Simeone. Benzema, en el 27, puso el empate tras aprovechar el regalo de Bale, el despiste de Savic y el paso en falso de Oblak. El esloveno, instantes antes, le sacó una mano prodigiosa a Asensio, quien se sacó de la chistera un taconazo.
El partido no cambió de guion y Costa se desesperaba en la marea blanca. El gran inicio del Atleti quedó derruido cuando Juanfran sacó la mano a pasear y Ramos, noche negra la suya, marcó de penalti en el 63'. No contaba el Madrid con los pulmones infinitos de Diego Costa, quien puso fe cuando el Madrid se dedicaba a narcotizar la pelota y manejar su renta con suficiencia, sin sufrir. Lemar se animó, la metió al área, Costa maniobró en el aire para no perderla y, paradojas que deja el fútbol, Juanfran le robó la cartera a un Marcelo que hace ya tiempo decidió que defender no va con él. Juanfran la metió al área, Correa caracoleó y Costa marcó.
Diluido el Madrid
El gol fue un sopapo en el rostro blanco. Costa y Thomas (se cayó por el camino) pudieron tener la sentencia en sus botas, aunque la última del tiempo reglamentario la protagonizó Marcelo, que quiso marcar con una acrobacia. Se decidió en la prórroga. Sin Casemiro, retirado por molestias, el Madrid terminó de deshacerse en manos del Atlético.
Ramos y Varane se pasaron el balón como si fuera la patata caliente del añorado Grand Prix, presionó Costa, centró Thomas Partey y Saúl volvió a confirmar que le sobra 'flow' con un golazo de volea desde la frontal. Cinco minutos después, cuando no se había terminado la primera parte de la prórroga, Koke embocó a gol otra jugada que nació en un robo de Costa a Carvajal.
El resto del partido fue una fiesta colchonera y un funeral blanco. Simeone metió a Giménez y el Atlético pasó al modo yunque para no sufrir hasta el desenlance definitivo. Engullido Madrid, supercampeón Atlético.