De Cristiano a Bale, de Ulreich a Karius

Sergio Álvarez hace 5 años 3.3k
Collage con las chilenas de Cristiano y Bale y la desolación de Ulreich y Karius. EFE/AFP

La final de la Champions League escenificó lo que ha sido la campaña europea para el Real Madrid. Hubo golazos, fallos inexplicables que sólo podían favorecer al equipo blanco, lesiones... y el campeón que todos esperaban.

90 minutos dan para mucho. En Kiev, en concreto, sirvieron para resumir la temporada del Real Madrid en su competición predilecta. El choque empezó con dominio del Liverpool, como el que tuvo que soportar el equipo blanco en la fase de grupos ante el Tottenham, continuó con lesiones, como la que sufrió Neymar que le impidió estar en la vuelta de octavos con el PSG... y terminó con golazos como el de Bale, que clavó el de Cristiano Ronaldo a la Juventus, y fallos garrafales como los de Karius, que calcaron el de Ulreich en las semifinales.

Como si de un resumen lineal se tratara, la final comenzó con lesiones. Cayó Carvajal, pero antes se tuvo que retirar Salah, auténtica estrella del Liverpool. Otra vez el mejor del equipo contrario fuera de combate, que empezaron a rumiar los detractores.

El equipo blanco ya recibió la ayuda divina en forma de la lesión de Neymar en octavos y la final parecía comenzar a conectar entonces con la historia lineal del Real Madrid en esta Champions League 2017-18.

A los de Zidane sólo les faltó la polémica de la vuelta ante la Juventus, pues no sucedió nada en el encuentro digno de mención en este apartado. Sí que se reeditó en la final el golazo de chilena de Cristiano Ronaldo en el Juventus Stadium.

Esta vez no fue para el luso para quien estaba reservada la gloria. El centro de Marcelo con la derecha conectó con la pierna izquierda de Bale, quien no consiguió un remate tan práctico, pero sí uno mucho más difícil y espectacular.

Para no olvidar tampoco el choque ante el Bayern apareció Karius. El portero alemán -él no quería- imitó a su compatriota del Bayern de Múnich y falló estrepitosamente, facilitando la victoria blanca en la final.

Si al arquero bávaro se le pasó el balón por debajo del cuerpo en una cesión, el error de Karius fue aún más increíble, sacando primero contra la pierna de Benzema de manera inexplicable y luego, tocado por su primer fallo, despejando hacia su propia portería un disparo centrado de Bale.

Una sinopsis perfecta del final que todos esperaban y que coronó al Real Madrid como campeón de Europa por decimotercera vez.

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