El entrenador de la Roma, José Mourinho, salió a celebrar en un restaurante de Roma sus 1.000 partidos en un banquillo con varios integrantes del club, lo que desató una oleada de fanáticos a su salida, que la tuvo que hacer escoltado.
La locura en Roma no puede ser mayor. Con la llegada de José Mourinho al banquillo de la 'Lupa' se ha despertado una ilusión que se había perdido en el equipo de la capital de Italia.
El primer puesto en la tabla conseguido después de la victoria en el descuento, no hizo más que aumentar esa oleada de motivación entre los aficionados 'giallorossi', que han posicionado al técnico luso como un nuevo ídolo.
Así se demostró tras el citado partido contra el Sassuolo, cuando el portugués decidió ir a cenar a un restaurante de la ciudad con varios integrantes del club para celebrar el buen rendimiento del equipo y sus 1.000 partidos como entrenador.
Lo que quizá no se esperaba es que en la salida tuvo que salir escoltado. Decenas de personas se amontonaron en la entrada del establecimiento cantando al grito del portugués y demostrando su admiración a él.
"Es bonito ver el amor de la afición, incluso ayer después de la cena. Es bueno para jugadores nuevos como Abraham y Vina, ya que así entienden bien en qué lugar se encuentran", comentó el ténico en rueda de prensa sobre el episodio.