"Entrenarnos con selecciones diferentes era lo último que habríamos deseado... y nuestros padres, también", explicaba Granit, el menor de los Xhaka y objetivo del Atlético de Madrid, días antes del duelo fratricida entre Suiza y Albania.
El partido se disputó el 11 de junio de 2016 y fue muy especial, tanto para el uno y como para el otro. "Al principio no nos alegramos, pero lo hablamos en casa y ahora esperamos el partido con ilusión", comentó también Granit, poco antes del partido, que acabaría con victoria Suiza por la mínima y con el hermano menor como el 'MVP' del partido.
Tanto Granit como Taulant son de los llamados 'hijos de la guerra'. Sus padres emigraron en 1991 a Basilea. Taulant nació en Albania antes de que su familia huyera del conflicto bélico y Granit lo hizo en Basilea, un año y medio después.
Que cada uno represente los colores de una nación diferente es un gran ejemplo sobre la integración y la pluralidad, pero ellos no lo buscaron. Simplemente, la cuestión radica en que Suiza mostró interés futbolístico en Granit y Albania hizo lo propio con Talant. A ambos les habría gustado jugar juntos, pero las circustancias no lo permitieron.
Pero ellos vivieron el enfrentamiento como un partido más. Fueron 90 minutos sobre el campo con un hermano como rival. La angustia estuvo en la grada, con Elmaze Xhaka, su madre, con el corazón dividido mirando cómo uno de sus hijos defendía al país que les vio crecer y el otro, al que dio a su familia una nueva oportunidad.
De aquel día histórico quedó una imagen para el recuerdo de Elmaze, a quien se vio sentada en la grada con una camiseta que fusionaba las banderas de los dos países con el apellido Xhaka en la parte inferior. Fue la única vez en la que no sonrió tras una victoria de uno de sus hijos, porque el otro se encontraba enfrente.