Antoine Griezmann fue fundamental para el FC Barcelona en la final de la Supercopa. El galo tiró del carro y logró un doblete para poner a su equipo a un paso de su primer título como 'culé', pero el final no fue el deseado. El 'Principito' tendrá que esperar para su corona azulgrana.
Antoine Griezmann llegó al FC Barcelona como la segunda espada del equipo detrás de Messi y como esa estrella sin el argentino en el campo. El club pagó una gran cantidad de dinero por un jugador que no cumplió las expectativas en la primera temporada y que todavía deja dudas en cuanto a rendimiento.
En este segundo curso, el galo ha demostrado más personalidad y libertad a la hora de jugar. Aunque los continuos cambios de posición no han ayudado en sus cifras, ha sumado cuatro goles en los últimos cuatro encuentros.
Sin embargo, la gran espina pendiente del francés es su palmarés como barcelonista. La vitrina de Antoine está vacía y la Supercopa de España llegó como la gran oportunidad para él de poder colocar en ella el primer trofeo como futbolista 'culé'.
Sus ganas y entusiasmo por la Supercopa fueron patentes desde el comienzo del choque. Con más o menos acierto, el delantero estuvo participativo y muy sacrificado en defensa. Además, con un Messi tocado, tuvo que tirar de unos galones que llegaron a su máximo esplendor en su etapa como 'colchonero'.
Así, el galo abrió la lata ante el Athletic Club y también puso el 2-1 en el electrónico en el 77', a muy poco de finalizar el choque. El 'Principito' ya vislumbraba su gran noche como 'culé' y la corona estaba colocada en su cabeza, pero Villalibre rompió toda esperanza con el 2-2 en los últimos suspiros.
Con un final más que conocido, con Williams como principal artífice de la derrota del Barça, Griezmann tendrá que esperar para lograr su primer trofeo como jugador del FC Barcelona. Este domingo estuvo cerca, pero se quedó con la miel en los labios.