Lo que pierde Cristiano
Cristiano Ronaldo ha buscado un nuevo reto en Turín. Ganará en ingresos, reforzará su importancia en un club histórico y se convertirá en ídolo de una hinchada que ya le adora. Pero no todo son ganancias para CR7.
El primer aspecto negativo (y obvio) que jugará en contra de Cristiano Ronaldo es que ya no está en el Real Madrid. El club más grande del Siglo XX, el más legendario de la historia, el rey de Europa ya era gigante antes de que el portugués gritara ante su ya ex afición "¡hala Madrid!" en 2009.
Los focos también alumbran menos en Turín. No es la Juventus, aun siendo un grande del continente, el Real Madrid. No existe la misma presión por ganar. En la Juve no levantar la Champions cada año no se asume como fracaso como sí lo pasa en clave madridista. Tampoco existe un FC Barcelona en la Serie A para reafirmar los logros del 'crack' portugués.
Porque la Juve, a día de hoy, no tiene rival en Italia. Milan e Inter son versiones menores de lo que fueron. La ausencia de adversarios redimensiona la importancia del propio Cristiano Ronaldo: ganar el Balón de Oro se hace más complicado cuando hay equipos peor nivel a los que superar.
No tiene la Serie A otra estrella del calado de Leo Messi. La batalla de los dos mejores futbolistas de las últimas décadas ha servido de acicate a Cristiano Ronaldo, también como altavoz para contar mejor sus victorias. Sin Messi enfrente, cada conquista de Cristiano parecerá tener menos mérito.
Nueve años después de que el delantero fuera presentado como nuevo futbolita 'merengue', el Madrid tiene cuatro Champions más, cuatro trofeos en los que Cristiano ha sido básico y esencial, pero indudablemente se ha visto favorecido por la aparición de otros futbolistas que son leyenda del propio club blanco: Luka Modric, Sergio Ramos, Marcelo...
El Madrid, cada verano, está atento a cada estrella que mueva el mercado. Tras Cristiano, por ejemplo, llegó Gareth Bale por más dinero de lo que costó el luso. La 'Vecchia Signoria' no suele competir por el 'crack' del momento. Su captación de jugadores es fabulosa (Paulo Dybala, último ejemplo), pero ha tenido que esperar a un Cristiano de 33 años y con el hambre de títulos saciada. Difícilmente la Juventus podrá contar con la mejor plantilla del mundo. Esto ha sido una costumbre en el Real Madrid, lo que antes, lo es hoy y lo será siempre.
El futbolista gana, gana mucho. Llega a una ciudad que le adora desde ya, será emperador del equipo 'bianconero', tendrá la oportunidad de ganar en un fútbol inexplorado y devolverle la gloria continental a la Juventus, aumentará sus ingresos hasta ganar 30 millones limpios por año... pero Cristiano ha perdido al Real Madrid.