Más valiente, más ordenado, menos expeditivo

José Luis Malo hace 5 años 4.9k
El Barça celebró un buen zarpazo a la Liga. EFE

El Barcelona dio un zarpazo a la Liga y se quitó al Madrid de la pelea con un triunfo en el que demostró haber aprendido de lo que hizo mal en Copa. La mera presencia de Arthur sirvió para jugar más adelantado y con más control. Faltó colmillo para haber sentenciado tras el tanto de Rakitic. Messi esta vez participó mucho más.

Cambiar lo que se hizo mal para volver a ganar. Así se escribió el partido del Barça en el Bernabéu. Se escribió en términos inversos al de Copa: mejoró las facetas que no habían ido bien a costa de perder algo más de 'punch' arriba. 

El único cambio del Barcelona resultó definitivo para cambiar la fisonomía y la disposición en el campo. Arthur entró por Semedo. Sergi Roberto retrasó su posición y el brasileño permitió más control. Su partidazo fue importante por lo que generó en los demás y lo que hizo por sí mismo, otra vez exhibiendo su superpoder: es muy difícil que pierda la bola. 

Gracias a la inclusión del brasileño, el Barcelona jugó unos metros más adelantado que tres días atrás. Ello consiguió tres cuestiones claves: absorber más posesión, combinar en posiciones más peligrosas y evitar que llegaran más balones a Vinicius. 

Sergio Busquets, a pesar incluso de su tempranera amarilla, se sintió más parapetado. Rakitic pudo acercarse más alegremente al ataque y, fruto de ello, anotó el único tanto del choque, que llegó tras una buena triangulación entre varios jugadores con pase al hueco de Sergi Roberto y mejor definición del croata. 

Paradójicamente, se suponía que Sergi Roberto, menos acostumbrado a defender, iba a sufrir más que Semedo ante el brasileño. Nada más lejos de la realidad; aunque el ex de Flamengo volvió a tener bastante protagonismo en ataque, en esta ocasión tuvo que arrancar desde más atrás o menos escorado. Así que jugada maestra de Valverde para reducir el principal foco de peligro blanco. 

Si en Copa anotó tres goles con dos disparos entre los tres palos, la falta de puntería primero, después de hambre, le privó de haber hecho más tantos, o al menos para haber evitado el riesgo de empate en los minutos finales. 

Otro Messi

Si 72 horas antes había pasado más desapercibido, Messi demostró que cuando quiere echarse al equipo encima no hay nada que le frene. El argentino comandó las primeras acometidas y a punto estuvo de abrir el marcador cuando se quedó ante Courtois, aunque su tiro salió besando la madera. 

Fue líder y referente Messi, quien encontró bastantes huecos para Dembélé y Luis Suárez, pero ninguno de los dos estuvo fino en la definición durante la segunda mitad. Además, volvió a irse de vacío del Bernabéu, si bien en la última acción del choque lamió la escuadra con un gran zurdazo desde la frontal. 

Sergio Ramos le sacó de las casillas con ese golpe al borde del descanso que el rosarino reclamó como voluntario. Por unos minutos dio el susto porque se le vio estirando la pierna izquierda. Pero no pasó de ahí. 

El Barcelona acabó gestionando la segunda parte con más suficiencia de la que invitaba el marcador. No había cerrado el triunfo, le faltó algo más de mordiente para ir por el segundo, que no obstante pudo llegar en alguna contra. Sin embargo, se le vio cómodo convirtiendo un duelo clave por la Liga en otro día en la oficina. 

Además, en defensa volvió a estar de sobresaliente. Piqué completó otro gran encuentro para reafirmarse en su segunda juventud. Además, en esta ocasión le acompañó un bravo Lenglet, quien hasta se jugó el tipo en un par de ocasiones lanzándose ante remates a puerta. 

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