No hay pleitesía ante el rey emérito

Miguel Moreno hace 6 años 11k
El partido acabó con 1-0, pero pudo haber terminado en goleada. AFP

Tres puntos más. Una nueva muestra de absolutismo. El Manchester City se impuso por 1-0 al Chelsea en un partido que pudo acabar con un marcador muchísimo más abultado de no haber sido por el planteamiento ultradefensivo de Conte. El Chelsea, vigente campeón de Premier, no se dejó ver por el Etihad. Bernardo Silva anotó el único gol del partido.

No sirve de nada una corona si no se defiente. El nuevo rey de Inglaterra no rindió pleitesía al emérito. Este City ya está en la cima y es sólo cuestión de tiempo y de 12 puntos que se vea reflejado en el color plata del trofeo de la Premier League. La historia, semana tras semana, de once hombres y un general desde la banda que no pagan tributos a nadie.

La clave de esta rebeldía, del imponer su autoritaria ley ante cualquier que se ponga por delante, reside en la ambición. A cuatro pasos de conquistar Inglaterra de manera matemática para darle la razón a los que ya les ven como campeones, Guardiola sigue apostando semana sí y semana también por sus principales escuderos

Necesitaba urgentemente los tres puntos un Chelsea de Conte cabizbajo que sólo es una sombra de lo que fue en Inglaterra. Pero creyó más en ellos el cuadro de Mánchester. Dos ideas de fútbol completamente distintas. Y, aunque se dice que en el fútbol todo vale, en el Eitihad hubo una muy por encima de la otra.

La posesión del City superó el 75% en casi todo momento. Conte tiró de raíces italianas y afloró, regada por la lluvia del noroeste de Inglaterra una palmera que se dobló, pero aguantó el huracán vestido de azul cielo... sólo durante 45 minutos.

Demasiados 'uyyy' 

La banda izquierda era de Sané, Agüero bloqueaba al eje de la defensa 'blue', Silva creaba y Bernardo Silva convertía los acercamientos en peligro. El partido se puede resumir como un abuso continuo en el que sólo faltó esa pizca de suerte que hubiera convertido el 1-0 en 4-0.

Todas las notas se tocaron a la perfección en la orquesta de la corte del nuevo rey. Posesiones interminables y precisas, casi ningún error y, cuando los hubo, presión asfixiante para desequilibrar al Chelsea. Los últimos metros, aunque esto más por mérito de Conte y sus hombres, fueron la única tarea pendiente.

Cuestión de concretar

Sólo le faltaba al City marcar y Bernardo Silva se encargó de ello nada más salir del descanso. Una triangulación de De Bruyne, Agüero y Silva acabó con el canario sirviendo un pase de la muerte que el portugués mandó a las redes de la meta de Courtois para tramitar la sucesión de poderes.

Pese a la tranquilidad de haber hecho lo más difícil, continuó el asedio al fortín londinense. De Bruyne y Bernardo Silva cambiaron el chip y trataron de hacer daño desde lejos, pero la tensión se quería quedar hasta el final. No marcaba el City, pero la cara de Hazard lo decía todo. El belga, con el rostro desfigurado por la impotencia de haber completado menos pases (17) que Ederson (20), personificó el sufrimiento del rey emérito.

Hubo tiempo para más, pero no llegó. Movió muy tarde el banquillo Conte con las entradas de Morata y Giroud, pero aun así el equipo lo notó y tuvo ocasión de empatar con una volea de Marcos Alonso, pero no la justicia hizo que el balón cruzara la línea de fondo a unos centímetros del poste derecho de Ederson.

Tres puntos merecidos que van coloreando al City de dorado. 18 le separan del Liverpool y, si gana sus próximos cuatro partidos, será campeón de Inglaterra. Felicidad contrapuesta a la de un Chelsea que cada vez se aleja más de la Champions (cinco puntos).

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