Kalmadeen Sulemana fue un dolor de cabeza para el Paris Saint-Germain. El extremo ghanés apareció constantemente en el área rival y ofreció una asistencia a Gaetan Laborde en el primer gol del triunfo del Rennes (2-0).
El Paris Saint-Germain bajó de las nubes en su último encuentro ante el Rennes. Los de Mauricio Pochettino llegaron a la novena jornada de la Ligue 1 con un pleno de victorias, pero se dieron de bruces contra los de Bruno Génésio y sufrieron la primera derrota en el campeonato doméstico (2-0).
Uno de los responsables del batacazo del cuadro parisino fue Kalmadeen Sulemana. El extremo ghanés se convirtió en un auténtico problema para los visitantes con sus constantes acercamientos al área de Donnarumma.
Quien más lo sufrió fue Achraf Hakimi. El marroquí tuvo que esforzarse en exceso en numerosas ocasiones para intentar detener al atacante del Rennes, que se mostró imparable sobre el césped de Roazhon Park.
De hecho, Sulemana fue el encargado de asistir a Gaetan Laborde en el primer gol de los locales. El extremo puso un centro al segundo palo que remató el ariete para abrir la lata ante la ineficacia de la defensa parisina.
El ghanés no se conformó y siguió apareciendo constantemente sobre el terreno de juego. A muchos no les sorprendió, ya que está firmando un gran arranque. Llegó este verano procedente del Nordsjaelland de la Liga Danesa y, desde entonces, ha marcado cuatro goles en 12 partidos con su nuevo club.
Sulemana ya mostró sus intenciones de destacar ante el PSG antes del choque. "Vine para jugar este tipo de partidos. Veía a Messi y a Neymar cuando era pequeño y poder estar en el mismo campo que ellos es un sueño cumplido. Te dan ganas de darlo todo y demostrar de lo que eres capaz", admitió en la previa.
El extremo cumplió su palabra y ofreció un recital ante su afición, lo que le permitió proclamarse como uno de los hombres del partido junto con su compañero Laborde. Sin duda, fue una pesadilla que el PSG tratará de olvidar.