Un gris Barcelona se confía y cede un empate en Roma
Los de Luis Enrique se adelantaron con un tanto de Luis Suárez, pero Florenzi sorprendió a Ter Stegen desde 40 metros y salvó un empate para los locales.
El Barcelona acusó en Roma el importante choque ante el Atlético de Madrid del pasado sábado y no fue el equipo fresco y dinámico de otras ocasiones. Perfectamente desactivados por el equipo de Rudi García, los azulgranas no fueron en ningún momento el equipo que sorprendió a Europa la pasada campaña.
Y eso que Luis Enrique leyó muy bien el partido. La Roma, como se esperaba, únicamente formó con 4-3-3 de salida, pues realmente jugó con un defensivo 4-5-1 durante todo el partido. Los italianos cedieron la pelota al Barcelona, pero el equipo catalán supo jugar balones largos a la espalda de la defensa romana en lugar de perderse en el toque con el que aburrió en escenarios similares en pasadas campañas.
En uno de ellos llegó el primero, no sin que antes Leo Messi hubiera avisado de su presencia con un latigazo que se fue lamiendo la escuadra de Szczesny. El gol lo anotó Luis Suárez al aprovechar una asistencia de Rakitic, aunque los romanos reclamaron falta por un pisotón involuntario de Messi a Digne.
El Barcelona tenía el partido donde quería, pero se confío y cedió el empate en una jugada sin aparente peligro. Florenzi recorre la banda y se saca un disparo escorado desde más de 40 mestros que vuelve a sorprender a un atónito Ter Stegen. Es la segunda vez en la presente campaña que el alemán recoge un balón de su portería por estar excesivamente adelantado, y a buen seguro que las críticas arreciarán por su actuación en Roma.
Con el shock del empate se llegó al descanso, aunque antes Messi volvió a probarlo desde fuera del área sin éxito.
La segunda parte comenzó igual, con el Barcelona queriendo mandar y con la Roma apostando por las contras de Falque y Salah, aunque el egipcio fue de más a menos en el partido y casi no apareció en la segunda mitad. La lesión de Szczesny, tras un golpe fortuito en un exceso de celo de Suárez, dio paso a la de Rafinha, que apenas llevaba 90 segundos en el campo cuando tuvo que ser sustituído por Mascherano.
El desconcierto generó apatía y hasta tristeza en un Barça que pasó a jugar con defensa de 3 y carrileros, pero que no se encontró en la segunda mitad. Dos chispazos de Messi e Iniesta pudieron resolver el choque, pero primero la madera y luego un seguro De Sanctis -sustituto de Szczesny- dejaron los puntos en casa.
El Barça comienza su defensa de la Champions con un empate en el desplazamiento más complicado de la primera fase, en tanto que la Roma -ya se apreció durante el choque- se va más que satisfecha con un punto ante el actual campeón.