El Manchester United perdió el derbi mancuniano, pero André Onana lo ganó. El portero, en su 14º partido defendiendo los intereses de los 'red devils', se reivindicó por segunda vez en cuestión de 4 días en el escenario ideal para ello. Esta misma semana, había detenido un penalti en el tiempo de descuento ante el Copenhague en la Champions League y, de vuelta a lo doméstico, evitó que el City le endosara a su equipo una goleada en el 'Teatro de los Sueños'.
No solo estuvo correcto en las acciones en las que se espera que el arquero actúe sin mayores consecuencias -disparos desde la frontal, chuts rasos para poner a prueba la tensión del guardián bajo palos, centros pasados, pases en largo que pillan a los delanteros demasiado lejos...-, sino que se diferenció con un par de acciones salvadoras. También taponando una de las grandes hemorragias de los 'red devils': Jack Grealish.
El ex del Aston Villa, desde el principio, se centró en recortar hacia dentro desde el perfil izquierdo para bien disparar o bien pasar a un compañero. Erik ten Hag nunca encontró solución a este embrollo y Pep Guardiola lo explotó, lo que empujó al cancerbero a sacar los guantes a pasear para dejar con las ganas a su rival de añadirse a la nómina de anotadores, que acogió el nombre de Haaland en 2 ocasiones y el de Phil Foden, en una.
Justamente ante el noruego, se produjeron los mejores momentos de Onana. Empezó negándole la mayor a Foden en un testarazo cercano que resolvió con una 'palomita' para, desde el suelo, nada más caer, elevar el brazo y taponar un remache del punta. Más adelante, en un centro tocadito de Bernardo Silva del primer al segundo palo, esprintó, se lanzó con todo y evitó que un testarazo que era medio gol por parte del '9' se alojara en sus redes.