Tras estrenarse oficialmente la semana pasada en la visita al Chievo Verona, Cristiano debutó este sábado ante su nueva afición del Allianz Stadium de Turín (norte) con otra prestación positiva, aunque sin la alegría del gol.
El 25 de agosto era una fecha marcada en rojo en el calendario de la afición turinesa, ya que suponía el día en el que Cristiano saltaría al campo para jugar su primer partido como local con la 'Vecchia Signora'.
Y el Allianz Stadium recibió al portugués por todo lo alto, al acompañar cada toque de balón de Ronaldo desde el calentamiento entonando cánticos y mostrando pancartas.
Tras escribir la historia del Real Madrid durante nueve temporadas, en las que ganó cuatro Ligas de Campeones y en las que anotó 451 goles en 438 partidos, Cristiano se está adaptando a un nuevo fútbol, con ritmos y estrategias de juego distintas.
En su estreno absoluto con la Juventus, en el campo del Chievo, Cristiano jugó de delantero centro, acompañado por el argentino Paulo Dybala, el colombiano Juan Guillermo Cuadrado y el brasileño Douglas Costa.
Este sábado, en cambio, el técnico Massimiliano Allegri le alineó en un tridente junto a Federico Bernardeschi y al croata Mario Mandzukic, por lo que el luso alternó más su posición, al desplazarse repetidamente hacia la banda izquierda.
Cristiano se midió este sábado con uno de los equipos más organizados tácticamente del campeonato italiano y le costó encontrar espacios en la primera mitad, ante la fuerte presión del brasileño Wallace Dos Santos y del italiano Francesco Acerbi.
Sin embargo, el portugués aumentó el ritmo de su juego en la reanudación, en la que ofreció a su nueva hinchada detalles de clase pura y potencia.
El primer aviso llegó con una acción empezada en la banda izquierda y culminada con un gran centro raso al suelo para liberar a Mandzukic, aunque el croata falló el impacto con el balón que podía subir el 2-0 al marcador tras el primer tanto del bosnio Miralem Pjanic.
Tras rozar la asistencia, el portugués hizo temblar al Lazio con un derechazo desde fuera del área que obligó al meta de los romanos, el albanés Tomas Strakosha, a realizar una gran intervención para evitar el gol.
El luso también se sacrificó en defensa para ayudar al centro del campo del Juventus y dio buenos detalles técnicos, aunque perdonó precisamente en la ocasión más fácil de transformar que tuvo.
Fue en el 75, cuando iba a rematar solo por delante de la línea de gol un centro raso al suelo de su compatriota Joao Cancelo; golpeó mal el esférico, aunque en el rebote llegó Mandzukic para sentenciar el partido con el 2-0 y zanjar parte de sus remordimientos.
Al acabar el encuentro, Allegri elogió la "humildad" con la que Cristiano se está adaptando a la Serie A italiana (Primera División) y recordó que el portugués lleva poco más de dos semanas trabajando junto al resto de la plantilla turinesa.
Lo que interesa al técnico en este arranque de campaña es mantener la concentración alta y sumar los tres puntos, a la espera de que su plantilla asimile la preparación atlética realizada durante la pretemporada.
Estos primeros duelos servirán a Cristiano para coger ritmo y ambientarse a la espera de que lleguen los primeros partidos grandes en Italia y en Europa, las vitrinas en las que el luso está acostumbrado a marcar la diferencia.