Segunda victoria de la temporada del Real Madrid Castilla, que ha alejado las dudas tras un inicio algo irregular con tres puntos que le permiten reanimarse y mirar hacia la zona alta de la clasificación en la Primera División RFEF.
El Nàstic de Tarragona tenía en su mano esta jornada hundir a un rival directo como es el filial blanco y, además, meterse en puestos de ascenso a Segunda División, pero la falta de pegada ha sido clave para que el Castilla sobreviviera y se adelantara en el marcador.
Porque el cuadro catalán fue superior durante la primera media hora en el Alfredo di Stéfano. De hecho, acumuló oportunidades de gol en las botas de Pablo Fernández y Fran Carbia. Latasa, en el 31', se fue lesionado e ingresó el joven Gudjohnsen en su lugar.
Ahí fue cuando golpeó primero Aranda, con un testarazo picado inmejorable a centro de Marvin para firmar el 1-0 antes del descanso. Sin embargo, la respuesta del Nàstic tras el paso por vestuarios fue espectacular, merced a un gol inverosímil.
En el 50', Javier Bonilla lanzó un córner envenenadísimo que se acabó colando con algo de polémica entre las protestas del Real Madrid Castilla, cuyos jugadores señalaban que esa pelota no había entrado del todo en la portería blanca. Tras el carrusel de amarillas, el 1-1 subió al marcador.
Óscar Aranda fue clave para la victoria. No solo por sus goles, sino por el momento en que llegaron. Solo ocho minutos después de ese varapalo en forma de empate, Peter asistió con un pase a la media luna para que el atacante colocara un disparo perfecto cerca del poste.
Insistió el Nàstic en busca del empate, pero el filial de Raúl González se armó de valor para sostener el 2-1, que le daba la vida en esta Primera RFEF tan igualada. Bonilla volvió a rozar el gol en el 90'. La suerte se alió con los 'merengues' para tumbar a un rival directo y levantarse tras un mal inicio de curso.