El Leganés se llevó los tres puntos en un encuentro que dejó mucho que desear en los dos bandos. Sobre todo en el Real Zaragoza, que sumó su segunda derrota consecutiva, dado que los de Josep Lluís Martí se hicieron con el triunfo y, en el fútbol, los resultados tapan las ineptitudes. Que si uno tiene carencias, el otro tampoco está para tirar cohetes.
Ambos conjuntos iniciaron la contienda, pero las hostilidades tardaron en llegar. Los primeros 45 minutos de juego fueron una oda a los documentales de bichitos con los que se busca el sueño después de comer. Y la primera mitad del duelo de Butarque, que comenzó a las 16.30, fue una alternativa perfecta para los aficionados al deporte rey en España.
No obstante, en un primer acto de tímidos y rácanos, fueron los 'pepineros', ínfimamente, los más atrevidos. El Leganés, sobre todo a raíz de los errores del conjunto maño en defensa, pudo inaugurar el electrónico en botas de José Arnaiz, Borja Bastón y Michael Santos, que no estuvieron acertados.
El delantero uruguayo, al filo del descanso, tampoco logró aprovechar un clamoroso fallo de Jair Amador, que siendo el último central le regaló la posibilidad de hacer el 1-0. Cristian Álvarez le ganó la partida en el mano a mano. En el otro lado, el 'Pichu' Cuéllar ni siquiera tuvo que intervenir antes del paso por los vestuarios.
Debieron ponerse serios Baraja y Martí durante el cuarto de hora que duró el descanso, ya que ambos conjuntos comenzaron la segunda mitad como nunca se les vio durante la primera. El de Butarque se comenzó en un partido de ida y vuelta, con alternativas en ambas porterías y en el que el cuadro madrileño volvió a ser superior a su rival.
Haris Vuckic, que volvía a la alineación titular, tuvo un par de oportunidades durante los primeros instantes, pero su falta de puntería y el buen hacer del guardameta 'pepinero' mantuvieron el 0-0 inicial. No fue hasta poco antes de llegar a la hora de juego cuando el genio José Arnaiz destapó el tarro de las esencias para firmar el triunfo del Leganés.
El castellanomanchego bajó un balón llovido desde el córner de Gaku Shibasaki y, en el segundo toque, cruzó el balón a la escuadra contraria de la portería de Cristian Álvarez gracias a un golpeo empeine-posterior. Un golazo que dejó pasmado al Zaragoza.
Los de Baraja tuvieron más de media hora por delante para reaccionar, para asediar la portería de Cuéllar e intentar rasgar algún punto de su visita a Butarque. Pero lo más cerca que estuvo el combinado aragonés de firmar el 1-1 fue un lanzamiento a balón parado de Zapater. La ocasión no fue mala, pero sí la única. El Leganés, sin brillo, se hizo con un victoria que tapó sus carencias y exhibió las del Zaragoza.