Si hay un jugador que ha desaparecido de los medios de comunicación en los últimos años, ese es Arthur Melo. El brasileño, cuyas primeras temporadas de fútbol fueron en Grêmio, es difícil de encontrar incluso en imágenes de agencia o vídeos de las redes sociales. Se ha esfumado del foco en consonancia con su paulatina venida a menos desde que firmó con el Barcelona, pero, este año, está volviendo a encontrar una versión interesante de sí mismo.
¿Quiere decir esto que ha vuelto a su mejor nivel o que se está saliendo? No, pero la realidad es que la Fiorentina le está dando espacio para que crezca poco a poco en búsqueda de su yo más acertado de las postreras campañas. Conviene recordar que, en la anterior, salió a préstamo de la Juventus porque Jürgen Klopp confiaba en que podía serle útil en el Liverpool. Nada más lejos de la realidad. Tan solo salió al campo en un partido.
Ahora, bajo el ala de Vincenzo Italiano, sí que cuenta con cierta confianza. Al menos, este arranque de curso lo demuestra. Ya ha estado en 7 alineaciones titulares y ha entrado, desde el banquillo, en 2 enfrentamientos. Se vio las caras con el Inter de Milán en una dolorosa derrota por 4-0 y está en la dinámica europea de su técnico, que le otorgó importancia en los choques de Conference contra el Genk y el Rapid de Viena, este en fase previa.
Es un cambio de paradigma claro respecto a su etapa en Inglaterra. donde cerró su estancia con 5 convocatorias seguidas sin un solo minuto. Estuvo en las expediciones ante el Bournemouth, el Manchester City, el Chelsea, el Leicester y el Southampton durante el tramo final de la Liga Inglesa y no se recurrió a él en ninguna ocasión a pesar de que hubo momentos que clamaban un giro de guion como las derrotas ante el Bournemouth y el City.