Una de las claves de la goleada del 'Clásico' estuvo en los banquillos. Valverde le ganó la partida de manera evidente a Lopetegui antes del comienzo del choque y demostró tener una mejor lectura durante el mismo, convirtiéndose en uno de los grandes protagonistas del 5-1.
El técnico de Asteasu, sabedor de que se la jugaba, quiso que su equipo estuviera a la expectativa de salida, tratando de no encajar gol y suspirando aprovechar algún contragolpe para adelantarse en el marcador. Sacrificó demasiado a Bale, pero, cuando el galés se cansó de correr hacia atrás, el Barcelona encontró una autopista en la banda izquierda, desde donde llegaron los dos primeros tantos del choque.
En el otro bando, la apuesta de Valverde por Arthur siguió dando sus frutos. Ausente de una presión asfixiante, el brasileño se movió entre líneas para recibir y repartió juego con bastante criterio, recordando una vez más al mejor Xavi.
El paso por los vestuarios, la lesión de Varane y la desesperación llevaron a Lopetegui a jugársela con un cambio suicida -Varane por Lucas- y un paso a una defensa de tres centrales nunca vista en el equipo blanco.
Al principio, sorprendió a Valverde y a los azulgranas, llegando a conseguir el 2-1 y merodeando el 2-2, pero enseguida el 'Txingurri' reaccionó retirando a un Rafinha que fue de más a menos por Semedo. De una tacada, reforzó el flanco derecho y adelantó a Sergi Roberto, que se convirtió en protagonista en posiciones más avanzadas.
La entrada del portugués por el brasileño cambió el destino del choque, pero Valverde también acertó con la sustitución de Dembélé por un cansado Coutinho y la de Arturo Vidal por un ovacionado Arthur. De las botas del francés surgió la jugada que acabó en el 3-1 y la acción del 5-1, culminada por el chileno con un certero cabezazo.
Enfrente, Lopetegui realizó un cambio sin apenas trascendencia, el de Bale por Asensio, y otro por obligación, el de Marcelo por Mariano, que partió aún más al equipo y regaló al Barcelona constantes acciones de gol hasta el 5-1 final.