En aquella temporada, el Atlético se vio las caras con el Bayer Leverkusen en unos octavos que se decidieron en los penaltis. Una tanda que se decidió por una mano del esloveno a disparo de Çalhanoglu.
Por tanto, solo una vez ha salido bien parado de una tanda de penaltis. En las otras cuatro ocasiones que ha tenido que afrontar este tipo de loterías, su presencia fue insuficiente.
Algo similar ocurrió este domingo en el Atlético de Madrid-Real Madrid de Supercopa de España. No fue capaz de detener ningún disparo desde los once metros, pero no solo eso, sino que sus estiradas parecían llevar poco convencimiento.
Anteriormente, con el Benfica, Oblak tampoco pudo hacer nada en una final de Europa League ante el Sevilla y quedó en evidencia ante los disparos de Bacca, M'Bia, Coke y Gameiro.
Pero la tanda de penaltis que más preocupó a Simeone fue la de la final de Champions en Milán, precisamente ante el eterno rival. El portero rojiblanco aguantó mucho para tirarse en algunos de ellos y llegó muy tarde.
"Nuestra mala suerte es que ellos han tirado y han marcado. Nosotros, infelizmente, fallamos los dos. Es fútbol. Es una lotería. No tuvimos suficiente suerte para ganar", explicó tras la derrota el esloveno.
Aunque no parece cosa de la "suerte". Solo un penalti parado de 26 en tandas de penaltis reflejan que el Atlético debe hacer algo con estas situaciones, ya que las finales se pierden de igual forma en los 90 minutos que desde los once metros.