El Almería cayó derrotado en el Cartagonova, lo que le dio el ascenso matemático a un Mallorca que lo celebró durante la concentración en Tenerife, solo 24 horas antes de su enfrentamiento de este miércoles con los chicharreros.
Luis García advirtió durante la noche que veía a más de un futbolista bebiendo cerveza, por lo que tendría que cerrar el grifo pronto. Y el que lo hizo fue Víctor Mollejo. El entrenador madrileño apostó por los menos habituales en el Heliodoro Rodríguez López y el prometedor delantero decidió.
A pesar de que jugase la segunda unidad se vio un Mallorca reconocible, manteniendo la portería a cero y generando numerosas ocasiones de peligro. Y si Manolo Reina no estaba, Miquel Parera cuajaba un encuentro para el recuerdo.
También merece reconocimiento la actuación de Jon Ander Serantes. Los dos guardametas fueron los protagonistas de un partido abierto, con ocasiones e incluso puede que en algunas ocasiones demasiado tenso.
El Tenerife, perdido en la zona mitad de la tabla, tampoco se jugaba prácticamente nada y dio la cara a pesar de quedarse con los bolsillos vacíos. Decidió Mollejo, aunque también lo hizo el error que cometió la defensa local en la acción del 0-1.
Al filo del descanso, Trajkovsvki centró desde el córner al corazón del área pequeña. Kakabadze perdió la marca y Serantes se quedó bajo los palos. Y el alcazareño, con sus 176 centímetros de estatura, cabeceó a placer a la red.
Tras el paso por los vestuarios fue el momento en el que el 'Tete' más lo intentó, pero la aparición del cansancio provocó que las fuerzas se igualaran y el Mallorca terminó durmiendo el ritmo del partido durante lo últimos minutos.