Los aficionados intolerantes son una de las lacras a las que aún tiene que hacer frente el fútbol inglés. Y como la prohibición de asistir a los terrenos de juego no frena su fanatismo y xenofobia, el Chelsea se ha planteado llevar a cabo una política de choque, apuntan en Inglaterra.
El club organizará viajes a Auschwitz para tratar de reeducar a sus aficionados más irracionales. "Si sólo les prohibimos, no cambiaremos su comportamiento. Esta política les dará la oportunidad de pensar en lo que hacen y quizás quieran comportarse mejor", explicó en 'The Sun' Bruce Buck, presidente del club de Roman Abramovich.
"Antes se les apartaba de la multitud y se les prohibía acceder hasta tres años al campo", apuntó Buck, que reconoció que no servía de mucho. "Queremos convencer a otros clubes para que tomen medidas alternativas, porque esto sigue siendo un problema", insistió, dejando caer que al aficionado racista se le dará la opción de realizar estos cursos de educación o, de lo contrario, perderá el abono.
Ya en enero de este año, Roman Abramovich, judío, impulsó varias campañas a favor de la tolerancia y un nuevo proyecto, 'Di no al antisemitismo', para concienciar a jugadores, trabajadores y aficionados del club.