El gol, que es la expresión máxima del gol, en este caso fue un motivo de cabreo para unos y otros. El Levante clamó por la pena máxima que se señalizó tras la caída de Casemiro en el área, Bale se mosqueó porque no quiso festejarlo.
Todo ocurrió a partir del minuto 77. Doukouré intentó despejar la bola, no lo hizo, el mediocentro brasileño pasaba por ahí y acabó como si le hubieran segado la pierna. ¿Le dio o no le dio? Tardó unos segundos, pero Iglesias Villanueva señaló los once metros.
Los jugadores locales se lo comieron y clamaron por que consultara con el VAR, algo que hizo. Además, los ánimos estaban calientes por la pena máxima que ya había pitado a favor del Madrid en la primera mitad y que no hubiera consultado el videoarbitraje en alguna caída de jugadores 'granotas'.
Si en la acción de Bardhi fue a consultar el monitor, en esta ocasión no hizo lo mismo. La consulta le reafirmó en su decisión y Gareth Bale cogió la bola y encaró el lanzamiento.
Con calma, el galés lo transformó a la perfección. Pero al 'show' le faltaba un capítulo final. Los compañeros fueron a celebrarlo con él y le abrazaron. Sin embargo, el ex del Tottenham, mirando hacia el suelo, se los quitó de encima, aceleró un poco el ritmo y se fue andando hacia su campo.
Con gesto contrariado, visiblemente enfadado y para sumar un nuevo elemento de tensión en torno a su difícil situación dentro de la entidad.
24 de febrero de 2019