Zidane ha logrado sacar lo mejor de todos y cada uno de sus jugadores tras su vuelta. Todos, en mayor o menor medida, han progresado y dado un paso adelante esta temporada.
Ha recuperado al mejor Courtois, quien ya se parece, por fin, al portero que el Madrid quería fichar y no al que llegó el curso pasado. Ha logrado que Valverde gane la madurez necesaria para aligerar la tarea a Casemiro.
Ante el bajón de Vinicius (otro que también podría estar en esta lista de cuentas pendientes), Zidane se encontró con Rodrygo, al que ha logrado dar hasta galones, pese a su bisoñez.
Y qué decir de Isco, un jugador que parecía que hasta había perdido el interés por el fútbol, y que sin embargo ahora está cerca de volver a su mejor versión, justo a tiempo para la Eurocopa.
Sin embargo, Zidane sigue teniendo dos asignaturas pendientes. Una es la de Bale, lo más parecido a un caso perdido que hay en el fútbol. La otra, la de un James a quien la suerte le está siendo esquiva.
Los dos estuvieron en el escaparate el pasado verano, y lo volverán a estar el próximo. Prueba de ello es que con todas las bajas que tiene, Zidane les ha dejado en casa de cara al duelo contra el Sevilla.