La primera Supercopa con 'final four' ya está en la historia del fútbol español. Se estrenaron las semifinales con el Real Madrid-Valencia y los 'ches' parecieron los invitados en vez de los campeones, pues estuvieron a merced de un Real Madrid que cuajó un partido completísimo en Yeda.
Equivocó el planteamiento Celades, que no supo ver las señales del 1-1 liguero de Mestalla y metió a su equipo demasiado atrás. El Valencia ha protestado de manera sistemática por este nuevo torneo y enseguida hizo patente que no estaba cómodo en la semifinal.
El Real Madrid monopolizó la posesión durante la primera parte, pero ese no fue el único problema de un equipo 'che' demasiado largo y que no pudo conectar con Gameiro. Celades intentó contrarrestar la superioridad numérica en el centro del campo y le terminó robando la esencia a su equipo.
Después de una buena parada de Jaume, sorprendente titular por delante de Cillessen, el Valencia encajó el primer tanto de manera un tanto surrealista. El meta abandonó la portería para protestar un córner y Toni Kroos, el más listo de la clase, lo castigó con un gol olímpico impecable.
Si ya de por sí las cosas le estaban yendo torcidas a los de Celades, el 0-1, que además llegó pronto, terminó de hundir a los 'ches'. Apenas Gameiro amagó con una reacción que no llegó porque el Real Madrid comenzó a hacerse enorme en el centro del campo.
En este sentido, funcionó la estrategia de Zidane, que apostó por un centro del campo de cinco hombres que amasó la posesión como el mejor Barça de Guardiola y que le fue metiendo una marcha más al partido conforme este fue avanzando. Lo opuesto a lo que los 'merengues' hicieron en Mestalla hace menos de un mes.
Isco, Kroos, Valverde, Modric...
Con Isco como jefe de operaciones en el centro del campo, y con Valverde, Casemiro, Kroos y Modric como perfectos escuderos, el Real Madrid continuó divirtiéndose tras la reanudación.
Antes, los blancos habían dejado la semifinal con algo de vida casi sin querer, pues Isco hizo el 0-2, se topó con el palo poco después y el Valencia llegó con la lengua fuera al entretiempo.
El paso por las duchas no produjo el esperado click en la cabeza de Celades, que solo movió adelante a Ferran tras el descanso, sin que nadie entrara desde el banquillo para azuzar a un equipo con el alma en la capital del Turia.
La garra de Maxi, que entró poco antes del 0-3, sí que permitió a los 'ches' recuperar un poco de su sello habitual, pero era el Real Madrid el que permitía que el choque siguiera teniendo emoción por su poca puntería.
La generosidad de Modric y el individualismo de Isco tras una gran jugada evitaron la sentencia definitiva, mientras Valverde seguía pegándose carreras como un mediofondista de una a otra área. El Valencia, entretanto, no tenía ni tan siquiera el balón para asustar a un Courtois al que no puso a prueba hasta el último cuarto de hora del partido.
Fue el croata el que redondeó su gran partido con el 0-3, un gol en el que puso en práctica su habitual precisión para pasar con el exterior... pero dentro del área y de cara a la portería de Jaume.
El guion del choque permitió que incluso Zidane siguiera con el plan previsto antes del comienzo. Rehabilitó a Marcelo, James y Mariano, que volvieron a vestir la camiseta blanca, y mostró su candidatura para una final de la Supercopa a la que llegó casi de rebote.
Como si de un choque de exhibición para los árabes se tratase, Gil Manzano y el VAR también tuvieron su cuota de protagonismo al final, con un penalti un pelín forzado por mano de Sergio Ramos que Parejo convirtió en el 1-3. Fue el epílogo al primer 'round' de una nueva Supercopa que ha llegado para quedarse. Los blancos ya esperan eterno rival en la final, que será el de su misma ciudad o el de toda la vida.