La temporada acaba de echar a rodar. Y aunque apenas ha habido cambios en la plantilla del Madrid, toca acoplar físicamente a todos. La tarea es doble para Koeman, al componente del rendimiento toca sumar su nuevo método. Con todo, llegados a este parón de octubre con muescas por parte de ambos, nos encontramos con que el ADN ha tomado el puente aéreo, con cada equipo jugando de la manera que suele el eterno rival.
Echamos un vistazo a las estadísticas avanzadas de ambos conjuntos y eureka. Hasta la fecha, el Real Madrid amasa más posesión en sus partidos (un 60,5% de promedio) que el Barcelona (56,57%). El rasgo definitorio histórico, al menos desde que Johan Cruyff cambió la filosofía en el Camp Nou, ha cambiado de barrio.
Los blancos, por su parte, siempre se han abonado a un fútbol más directo, de mayor intercambio. De un equipo al que no le importaba encajar dos tantos porque luego hacía tres. Pero es justo lo que ha radiografiado los encuentros del Barcelona, que se ha mostrado más directo y vertical de lo habitual en los últimos años.
Los datos que lo corroboran: en sus tres partidos ha acumulado 10,67 disparos de media y ha concedido 9,67. Pero ese vistazo es solo el punto de partida. Como atestigua el radar que ilustra esta noticia, el equipo azulgrana ha sido bastante más certero que sus rivales, puesto que no solo presenta un promedio de 2,67 tantos a favor, sino que casi la mitad de sus tiros entre los tres palos (el 47,06%) ha acabado en festejo.
Y a pesar de que le han llegado bastante a sus dominios, al equipo de Koeman apenas le están haciendo un lanzamiento a gol por partido (1,67), algo que conecta con esa sensación que dejó el equipo de Zidane el año pasado sobre lo difícil que era hacerle gol. Mucho merodeo, pero mínimo daño.
Además, al Real Madrid le está ocurriendo lo que se le afeaba al Barça de Setién o antes con Valverde: que tener posesión mayoritaria no deriva particularmente en completar muchas ocasiones. Su media de tiros por encuentro es de 13 por partido, aunque solo cuatro de ellos van a puerta. La defición está siendo una asignatura pendiente.
Y tampoco le ha valido para defender con balón, puesto que ha recibido el mismo número de tiros entre los tres palos por encuentro, y un 10,75 total.
De algún modo, estas primeras trazas conectan con lo que se está pulsando en estos primeros partidos en la figura de Luka Modric, que anda con mucho protagonismo, y el diferente rol de De Jong, más parecido al que se desenvolvía en el Ajax que el del curso pasado.
Lo que no está cambiando un ápice es el protagonismo de Courtois. Uno de cada 2,6 disparos que le hacen al Madrid van a puerta, pero solo el 12,5% acaba en gol. El Barça, por su parte, ya extraña a Ter Stegen; no es que Neto haya tenido errores, sino que por el momento no es tan contundente como el alemán: ha encajado un tanto en cinco disparos entre los tres palos (el 20%). Todo esto, insistimos, teniendo en cuenta que los de Zidane únicamente suman cuatro encuentros, por tres los de Koeman, es solo un boceto inicial.
Otro cruce de identidades, aunque este por el momento más insignificante, tiene que ver con el número de faltas. En esta clasificación suele estar por encima el cuadro blanco, aunque por ahora los catalanes han hecho más: 9,67, por 8,75 de su rival.
Comparativa con la temporada 19-20
Este primer escenario queda reforzado mirando el acumulado del curso pasado. El Barça lo cerró con un promedio del 67,05% de posesión, casi once puntos más que ahora, mientras que el Madrid lo hizo con un 59,18, más de un punto menos. Con todo, los 'culés' han mantenido la media de tiros a puerta (el curso pasado era de 5,55) pese a tener menos el balón.
El gran cambio blanco queda igualmente patente: su media de tiros a puerta en contra era casi la mitad (2,84), le hacían un par de lanzamientos menos por encuentro (8,4), tiraba un poco más entre los tres palos (5,82) y hacía tres faltas más por encuentro (12).
En siete puntos ha crecido la puntería barcelonista (de 40,76 a 47,06%) y a la mitad ha bajado el total de lanzamientos en contra entre los tres postes (en la 19-20 fue de 3,13).
Solo hay que echar un vistazo al radar, que muestra un súbito cambio en la forma del madridista. Llegados a este punto, conviene aclarar también que en los conceptos en contra cuanto más expandido sea el gráfico mejores resultados representa.