La fotografía que ilustra esta información muestra a un De Jong elegante y a la vez sorteando a un rival con potencia. Rodeado de contrarios que no le alcanzan. Es su icónica estampa desde diciembre, cuando ha llegado a su cota de rendimiento como azulgrana. Ha marcado en este plazo, apenas cinco semanas, tantos goles como en las dos temporadas anteriores (5), y también ha igualado su tope de asistencias (3). Y no solo se ha sublimado, es que se ha reinventado.
Porque tras un curso de estreno guadinesco y con tramos decepcionantes, el caballo de batalla de este verano era que Koeman quería rescatar su mejor devolviéndolo al puesto de pivote. El que no había ocupado en el Barça salvo algún partido residual, el que le había propulsado con el Ajax y Países Bajos. Sin embargo, ha explotado como interior bajo el traje de un 4-3-3. Ya es no tan tímido y ha subido sus niveles de intensidad.
De Jong, que ya ha producido más goles (5 tantos, 4 asistencias) que en cualquiera de sus cuatro años en el fútbol como profesional, ha dado un brutal paso al frente. Metafórica y literalmente. No hay más que comprobar su mapa de acción del último año para ver cómo se desenvuelve más habitualmente en zonas de tres cuartos de cancha y su inclinación hacia la posición de interior izquierdo. Igualmente, se empiezan a apreciar las ocasiones en que Koeman lo ha colocado como central, pero sigue teniendo más presencia en el balcón del área, cuestión que le ha permitido conseguir más goles llegando desde atrás para culminar jugadas.
Incluso podríamos hablar de un De Jong 2.0, o al menos bastante cambiado a su versión del curso anterior. Su distinto rendimiento en la temporada 19-20 y la actual se hace muy patente en su gráfica, que incluso revela un crecimiento con respecto a la media de todas sus temporadas en la élite: efectúa más carreras, regatea más, gana más duelos ofensivos y sufre más faltas que nunca.
Y respecto al campeonato pasado, vemos un De Jong más afinado, puesto que intenta menos pases, pero ha mejorado sustancialmente los progresivos (hacia delante), ha dejado de ser tan horizontal y se muestra mucho más profundo.