El Alcorcón estaba apretando en busca del empate, ya que el Nàstic se había adelantado desde lejos gracias a un buen disparo de Javi Márquez y a unas manos blandas de Lizoain.
La tuvo a balón parado para igualar el electrónico. Elgezabal saltó en el primer palo y encontró un testarazo que se le fue directo a la madera. La pelota quedó rechazada con un Bernabé mal posicionado.
Y es que el portero del Nàstic se vio descolocado por ese gran cabezazo al palo contrario. En el rechace, Boateng estuvo lento y la defensa del Nàstic logró salvar uno de los goles más cantados del año en Segunda División.