Bobby Moore y el brazalete de oro

La historia se remonta a unos días antes del comienzo del Mundial de 1970 disputado en México. La Selección de Inglaterra, entrenada por el mítico Alf Ramsey, llegaba como vigente campeona tras conquistar el título en su propia casa en 1966. Ésto les situaba como favoritos ante sus rivales y la expectación e interes causada por sus estrellas era notable.
Como preparación para la cita mundialista, la selección acordó dos amistosos, uno en Colombia y otro en Ecuador. En su llegada a la capital colombiana, la expedición inglesa se hospedó en un hotel llamado Tequendama, en el que había una joyería muy lujosa.
En una tarde de descanso, el admirado capitán Bobby Moore y la estrella del equipo Bobby Charlton, decidieron entrar en dicha joyería para comprar un anillo a la mujer de este último. Al no convencerles nada, decidieron salir de la tienda sin comprar, en lo que a los pocos instantes, la dependienta Clara Padilla les abordó en su marcha para acusarles de haber robado un brazalete de oro con esmeraldas y diamantes. Un supuesto testigo, Álvaro Suárez, acusó a Moore de haberse guardado la joya en uno de los bolsillos de su chaqueta, con lo que el jugador acabó arrestado.
Moore se presentó ante el juez manifestando que era inocente y presentó como prueba la chaqueta que vestía ese día, la cuál, no tenía ningún bolsillo como alegaban los acusados. Por falta de pruebas y por la presión impuesta por el gobierno británico, quedó en libertad y así llegar a tiempo para capitanear a su equipo en el Mundial de 1970, cayendo en cuartos de final frente a Alemania.
Muchas son las teorías que se barajan sobre esta historia; unas hablan sobre la actuación de mafias para perjudicar a los vigentes campeones del mundo, otras apuntan a un supuesto intento de aprovecharse de la situación por parte de la dependienta de la joyería tras la visita del equipo europeo y hasta algunas fuentes comentan que realmente Bobby Moore sí robo esa joya, la cuál quería regalar a una prostituta conocida.
Nadie sabe realmente qué pasó en realidad, sólo Bobby Moore, fallecido en 1993, conocía realmente la verdad de una de las historias más curiosas de los mundiales.