El Udinese pasó del todo a la nada en pocos minutos. Estaba vivo hasta que Cristiano hizo el segundo gol. Aun así, la fe no se pierde, pero si encima aparece un defensa para hacer el tercero antes del descanso, la empresa siempre es más complicada.
Leonardo Bonucci anotó el 3-0 al filo del medio tiempo. Una diana que llegó casi de milagro, cuando, tras un córner, un jugador 'bianconeri' cabeceó en el segundo palo el esférico al corazón del área. Allí apareció el central juventino para completar la faena.
Bonucci se elevó por encima de toda la defensa como un resorte y consiguió conectar un gran remate con la testa que tocó el larguero, botó por milímetros justo detrás de la línea de gol y salió. Ante el desconcierto, el zaguero corrió a celebrar.
Todo el mundo estaba expectante. Unos y otros se miraron pero el colegiado ya había validado el tanto. La Juve conseguía así darle la puntilla al Udinese. Los de Lombardía dejaban el encuentro encarrilado antes del descanso.