El Eintracht de Frankfurt le ha puesto el broche de oro a su participación impoluta en la Europa League. El conjunto germano caminó con paso firme y acabó siendo intratable desde los once metros. El Rangers saboreó el sueño de tener entre sus manos y dormir con la primera copa europea y se esfumó. El conjunto escocés soñará con Rafael Santos Borré.
Porque el colombiano escribió con letras de oro su nombre en la historia del Eintracht. Fue clave tanto en los 120 minutos como en la tanda de penaltis, y eso que hasta el gol tampoco es que hubiera destacado mucho.
El choque comenzó con una pausa casi nada más empezar porque Lundstram le puso la bota en la cabeza a Rode y los médicos tuvieron que vendarle la cabeza, lo que llevó al colegiado a añadir al final seis minutos al primer tiempo.
El Eintracht entró a la final con un mejor pie que el Rangers, al que le costó bastante despertar y mostrar los argumentos que le han llevado a pelear por el título. Poco a poco, el conjunto escocés fue enderezando un camino que intentó torcer Kamada. pero el japonés eligió mal, optó por regatear y se le hizo de noche.
Mcgregor, el veterano del Rangers, no tardó en entrar a escena porque Knauff probó suerte con un disparo a media altura que obligó al meta a sacar una buena mano. No fue hasta casi la primera media hora cuando Aribo ya creó peligro con un lanzamiento que pasó cerca de la escuadra de Trapp.
A partir de entonces, la final pasó a ser prácticamente un intercambio de golpes. Kostic pecó de egoísta y Lundstram pudo sorprender a un Trapp que sacó el guante para desviar. El Rangers abrió las latas y el Eintracht sacó el escudo.
La final cogió buenos tintes en el segundo tiempo porque los dos equipos echaron toda la carne en el asador en esos minutos en los que si pasa algo, hay tiempo para reaccionar. Y eso fue lo que pasó. Un remate de Lindstromm se envenenó antes de que Sow cometiera el fallo de prolongar hacia atrás al no llegar muy bien al esférico, por lo que dejó solo a Aribo delante de Trapp.
El meta del Eintracht pudo hacer mucho más porque no le hizo pequeña la portería al delantero del Rangers, que con un disparo no demasiado ajustado pudo colocar el primero y hacer soñar al conjunto escocés.
Claro está que quedaba mucha telar que cortar y la emoción pudo con el Rangers. Kamada elevó demasiado el cuero ante Mcgregor, pero fue Santos Borré el que se metió entre Bassey y Goldson para rematar un centro de Kostic. Error de concentración y más aún de contundencia de un Rangers que se relajó y lo pagó.
Trapp marcó la prórroga con un paradón
A partir del tanto del empate del Eintracht, los dos equipos entraron e una especie de stand by. Ninguno quería cometer un error que podía significar una condena. Mientras tanto, los árboles se movían para intentar agitar un encuentro que iba directamente hacia la tanda de penaltis.
Todo estaba igualado. La primera parte fue más un trámite que otra cosa. Una especie de recuperación tras un estado de 'shock' en el que apenas hubo ocasiones más que un resbalón de Bassey que pudo aprovechar Borré, pero el propio jugador del Rangers arregló en el interior del área.
En la segunda mitad soltaron un poco los pies para ir a tumba abierta. Barisic comenzó el fuego cruzado con un potente disparo y Jakic probó suerte con un disparo por encima del larguero. El protagonista, y medio título es suyo, fue Trapp.
El meta hizo la parada del torneo en el mejor momento. En el más decisivo. Le cayó el balón a Kent completamente solo a poco más de un metro de la línea de gol y Trapp puso todo el cuerpo para tapar lo máximo de portería. El balón le golpeó en el cuerpo y salió desviado. Ahí tuvo el título el Rangers y luego le pasó una grave factura. De las que son difíciles de pagar.
La final se decidió en los penaltis
La final se tuvo que decidir en los penaltis. Comenzó el goleador Tavernier y hasta el octavo disparo no hubo error. Precisamente Ramsey fue el que no aguantó la presión con un disparo bastante malo que sacó Trapp con las piernas.
Rafael Santos Borré fue el asumió la responsabilidad final. Llevó al Eintracht a la prórroga con el gol del empate y con un tremendo misil llevó al conjunto alemán al cielo de Sevilla y a su segundo entorchado de la UEFA.