No está claro qué ocurrirá con su futuro, puesto que en su momento el Betis abonó ocho millones por sus servicios. Había confianza en mostrarse para contar con un buen traspaso este verano, pero precisamente su paso por Vigo no fue el mejor.
La situación delicada del Celta no ayudó a encontrar un buen escenario para lucirse. De hecho, se esperaba que fueran los propios gallegos los que se pudieran interesar por su compra tras medio año allí, aunque nada más lejos de la realidad a día de hoy.
Ahora Rubi tendrá que emitir un informe con lo que opina del argelino, si quiere darle una oportunidad o si recomienda su marcha.
No obstante, la falta de ofertas o que sean muy bajas complica seriamente los planes iniciales del Betis.