Los 'leones del Atlas' están en cuartos de final de la Copa África. No sin tener que ganarse el puesto, pues tuvieron que remontar ante Malaui, que solo apareció una vez en todo el partido para dejar uno de los goles del torneo. Finalmente, Marruecos impuso su favoritismo sobre el verde y dominó a su rival de principio a fin para sellar el pase de ronda.
Solo ocho minutos después del pitido inicial, las 'hienas' hicieron sangre. Banda le cedió la pelota a Mhango y este, casi en el medio campo, vio a Bono adelantado. Probó suerte y vaya que si tuvo. Mandó el esférico casi a la escuadra y dejó al portero del Sevilla petrificado. Malaui daba la sorpresa momentánea en el Ahmadou Ahidjo Stadium.
A partir del tanto encajado, los de Vahid Halilhodzic espabilaron después de unos primeros compases discretos. Achraf fue un puñal por su banda derecha y un centro suyo que nadie pudo cazar estuvo a punto de significar el empate. La diferencia en 3/4 de campo la marcó Boufal, por el que pasaban todas las jugadas de peligro de Marruecos.
El del Angers no paró de encarar y desbordar por su banda o por la otra. Volvió completamente loca a la defensa de Malaui, la cual nunca pudo frenarle los pies. Gracias al extremo vino al primer gol: se la dio a Louza y el '7' buscó un centro al segundo palo para que apareciese En-Nesyri. El del Sevilla, con un potente cabezazo, mandó el balón al fondo de la red, empató el choque y se estrenó como goleador en la presente Copa África.
El tanto de los 'leones del Atlas' llegó tras estrellarse dos veces con la madera. Esa insistencia se premió con la diana del delantero en los instantes finales de la primera mitad, cuando dicen los más puristas que es 'psicológico'. Boufal salió de vestuarios con ganas de seguir jugando: otro recorte y otro disparo peligroso, pero Thomu despejó el peligro.
Fue un martillo pilón siempre que el esférico llegaba a su poder. Tocaba y filtraba la pelota como el que sube las escaleras. Gracias a él el juego de Marruecos fue fluido y vistoso, aunque el gol de la remontada viniese, contra todo pronóstico, a balón parado.
Achraf, que ya probó así en la primera mitad, colocó el esférico más allá de la frontal y buscó portería. No solo encontró el arco, sino que mandó un misil teledirigido a la escuadra que limpió las telarañas. Thomu voló lo que pudo, pero aun de esta manera fue imposible tras un trallazo inapelable.
Esta diana mató a Malaui, que intentó reaccionar con más fe que fútbol, pero Marruecos se cerró bien atrás y gestionó de manera sobresaliente los minutos finales. Los 'leones del Atlas' estarán en cuartos y se las verán con el ganador del Costa de Marfil-Egipto, que se disputa este miércoles.