No es el fin de las malas sensaciones del Málaga a domicilio, pero sí una mejora más que notable. El conjunto de José Alberto le arrancó un punto al Eibar, candidato al ascenso y de una plantilla superior, en la jornada 20 de Segunda División. El conjunto blanquiazul tiró de empeño y de una actuación notable con ciertas carencias defensivas para firmar las tablas.
Los de Gaizka Garitano esgrimieron más efectividad que acierto a la hora de plantear el partido. Empezaron mal, con unos andaluces que se les subían a las barbas en su feudo, y terminaron de la misma manera, con los 'boquerones' encimados al área de Yoel empujando por el reparto de puntos hasta que llegó.
Y llegó gracias a un gol de Brandon Thomas que hizo justicia a un buen rato de dominio costasoleño y que quizá no habría existido nunca de no gozar de sus primeros minutos de la temporada Hicham. Su entrenador le dio entrada para que revolucionara el choque y cumplió de pleno con una arrancada por la banda derecha que le vistió de asistente. Balón raso, remate de primeras del '9' y 2-2 al luminoso.
Los otros tres tantos del duelo nacieron atropelladamente, sobre todo los dos del Eibar. Sekou premió el gran arranque del Málaga a los seis minutos del comienzo, muy pronto, al patear con el interior de la diestra un envío bajo de Víctor Gómez. La diana soliviantó a los 'armeros', que, en una de sus primeras llegadas tras encajar, encontraron un penalti inesperado en un centro que Lombán tocó con la mano mientras presionaba a Blanco Leschuk.
Entre protestas, revisiones del VAR y repeticiones televisivas que no arrojaban mucha luz al asunto, Stoichkov se encargó de batir a Dani Martín, que pudo hacer más, desde los once metros. Con los nervios hirviendo por haber perdido de esta manera su ventaja, los andaluces se lanzaron al ataque y una mera contra bastó a sus rivales para remontar.
El encargado de abrir la lata, Stoichkov, apareció en el área dos minutos después de su gol para poner el cuero raso al segundo palo, donde José Corpas controló, engatilló, chutó al palo largo y anotó el 2-1. La efectividad había hecho justicia a la calidad de la plantilla de Garitano, pero su relajación en demasía costó el triunfo.
Por el pasito atrás de los guipuzcoanos, se fue creciendo el cuadro blanquiazul, que, con el avance de la segunda mitad, iba sintiéndose como en los primeros compases, cuando dominaba, jugaba bien y concentraba la posesión. Entonces, llegó el gol de Brandon, que mandó un punto justo al casillero de La Rosaleda.