Bryan Gil, la chispa que brilló en un desierto de nada

España no pudo ante Grecia, aunque no fue como otras veces. Otras selecciones helenas se aferraron a un muro de resistencia en el que se estrellaban una y otra vez los intentos del rival. Pero aquí no hubo muro, básicamente, porque no hizo falta.
'La Roja' pecó de plana. No hay mejor manera de definirlo. España no tuvo gracia, ni velocidad, ni encontró huecos. Es que parece que casi ni los buscó. Pero en ese gris resumen, en ese desierto de nada, hubo una chispa que brilló y que da espacio a la esperanza.
Bryan Gil entró en el minuto 65 y tuvo tiempo de sobra para ser el mejor de los suyos. Sus cualidades le venían que ni pintado al partido. Grecia, bien ordenada atrás, empezó a preocuparse por las subidas, el desborde y el descaro por la izquierda del jugador del Eibar, del que se puede decir aquello de que, al menos, lo intentó.
Logró zafarse de sus rivales en más de una ocasión, si bien tampoco anduvo todo lo fino en los centros. Pero entre llegadas y aperturas, enseñó el camino, ese que tanto tiempo lleva reclamando el aficionado español para pasar de la posesión estéril (fue de un 80%) a un estilo algo más eléctrico y vertical.
Bryan Gil, pese a jugar solo 25 minutos más los cuatro de añadido, dejó tan buena impresión que en las redes no tardaron en pedir su titularidad para los próximos encuentros, en los que España se medirá a Georgia (domingo, 18.00 horas) y Kosovo (miércoles, 20.45 horas).